A proteger la reserva ecológica

Tlacuaches, cacomixtles y zorrillos llegan a cruzar sobre Avenida Insurgentes, en el sur, entre Periférico y el Estadio Olímpico, al salir de su hábitat resguardado por la UNAM: la Reserva Ecológica del Pedregal del San Angel.

Al quedar atrapados en botes de basura, son entregados a Guillermo Gil Alarcón, uno de los biólogos encargados de la Reserva, quien después los libera en áreas seguras, mientras busca los perros y gatos abandonados en Ciudad Universitaria (CU) por ser sus depredadores.

El espacio es un recinto de diversidad biológica e infiltración de lluvia situado en CU, y más allá de la fauna nociva, está amenazada por la construcción de edificios de la misma Universidad, explicó.

"La reserva son 237 hectáreas protegidas en forma legal y en donde no se ha construido, pero hay 40 hectáreas dispersas, sin declaratoria de resguardo, que representan la tentación de construir más", planteó el experto también en antídotos por serpientes y escorpiones nativos de la zona.

En 2016, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales construyó en uno de esos espacios el edificio H, un inmueble que alteró la perspectiva del Espacio Escultórico, área monumental para realzar la Reserva.

La controversia fue resuelta en junio del mismo año cuando un comité de expertos descartó derribarlo.

"Cuando surgió el proyecto de Be Grand la...

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