En Puebla, puntilla a la fiesta brava

AutorLeonardo Páez

Cuando un gobierno se desentiende de salvaguardar, fortalecer, vigilar y promover una tradición o una expresión cultural propia, y, peor aún, se lava las manos con la toalla de la autorregulación empresarial y el amiguismo, atenta contra valores identitarios y debilita, si no es que borra, la memoria colectiva con respecto a esas tradiciones o expresiones.

Si a lo anterior se añade la falsa disyuntiva entre na-' cionalismo y globalización, se renuncia a la responsabilidad de cumplir y hacer cumplir los reglamentos respectivos de esas expresiones, y se acata la orden de los promotores del pensamiento único en el sentido de considerar, así sea sin sustento, ciertas manifestaciones populares como política y culturalmente incorrectas, se tiene entonces el caldo de cultivo para el debilitamiento progresivo del patrimonio cultural de un país.

Ilustra lo anterior el estado actual de la fiesta de los toros en México y las sucesivas claudicaciones para salvaguardarla por parte de gobiernos federales -mandatarios ataurinos priistas o aficionados de clóset panis-tas- y estatales, si bien a últimas fechas los congresos de Aguascalientes, Tlaxcala e Hidalgo declararon a la tauromaquia Patrimonio Cultural Inmaterial de esos estados, como si un decreto bastara para fortalecer esta tradición y dignificar sus menguadas ferias anuales.

Por su parte, el gobierno del estado de Puebla que encabeza el expriista Rafael Moreno Valle Rosas, quien ocu-• pa el cargo desde el 1 de febrero de 2011 mediante la coalición Compromiso por Puebla, integrada por los partidos PAN, PRD, Convergencia y Nueva Alianza, revocó de forma . anticipada la concesión otorgada a la empresa Protauro, de Juan Huerta Ortega, para el manejo de la plaza de toros El Relicario, ubicada en la zona de los Fuertes de Lore-to y Guadalupe, ya que próximamente será demolida "para ampliar los servicios del Centro Expositor", según informó el secretario de Administración, José Cabalan Macari, cuando se sabe que en ese lugar será construido un hotel de gran turismo.

Único edificio público hecho con capital privado, el gobierno de Moreno Valle ni siquiera llevó a cabo una consulta popular acerca de la demolición del escenario de una añeja tradición en Puebla como son las corridas de toros, ni informó de eventuales proyectos para un nuevo coso, o de lo conflictiva que se había vuelto el área. En cambio canceló 20 días antes la concesión y obligó a la empresa de Juan Huerta a suspender la corrida anunciada...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR