El pueblo juez

AutorRicardo Raphael

"Sería muy sencillo ahora que hay estos sistemas de teléfono, un cali center, que hoy y mañana el tribunal -una empresa especializada- hiciera una encuesta y preguntara a todos: '¿Quieres que participe este candidato o no? ¿Se le acepta el registro o no?'"

Parece broma y sin embargo no lo es. El jefe de Estado mexicano está proponiendo que las sentencias de los jueces se resuelvan, igual que las candidaturas de Morena, a través de un sondeo.

No hay distancia entre esta barbaridad y suponer que los jueces podrían seguir igual método cuando deban sentenciar a un secuestrador, un terrorista o a un asesino serial.

Imagino la llamada:

-¿Estoy llamando al teléfono del señor X?

-A sus órdenes, soy el señor X.

-Mire, nos comunicamos de un cali center contratado por el juzgado número nueve de distrito, responsable del caso Y.

-¿Y yo qué tengo que ver con ese asunto?

-No se altere señor X, déjeme explicarle: le cuento que las cosas han cambiado. Ahora los jueces no deciden sobre la culpabilidad de las personas.

-¿Y cómo deciden ahora?

-Preguntándole a la gente. Usted, señor X, salió sorteado entre los ciudadanos que deben decidir si el asesino serial del caso Y debe ser sentenciado a 70 años de prisión.

-Óigame, pero yo no conozco el expediente ese.

-No importa, usted es parte del pueblo bueno que nunca se equivoca.

-Pero a veces me equivoco.

-No sea necio, señor X. Lo único que debe hacer esta linda tarde es marcar el número 1 si cree que el asesino serial es culpable y el número 2 si no lo es. Cualquiera de las dos opciones seguidas del signo de #.

Sería formidable que esta hipotética conversación concluyera con el señor X colgando estrepitosamente la bocina. Sin embargo, vivimos en una extraña época donde creemos que los ciudadanos de a pie podemos hacer cualquier cosa mejor que los funcionarios públicos.

El nivel de desconfianza hacia el Poder Judicial es tan grande, que los juicios han abandonado los juzgados para trasladarse al circo mediático. Todos los días hay alguien nuevo sentenciado por ese tribunal.

Durante las mañaneras López Obrador acusa sin probar, sentencia sin sanción y encarcela sin prisión. Hay días que toca pasar a la picota a los periodistas, otros a las autoridades electorales o a los gobernadores de la oposición, a los funcionarios de la Auditoría Superior de la Federación, a las empresas farmacéuticas, a los inversionistas extranjeros, a los conservadores, los liberales, los médicos privados y así un largo etcétera.

Para el...

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