El punto sin retorno

AutorRafael Croda

BOGOTÁ.- El miércoles 23, en la más grande movilización ciudadana que se recuerde en Venezuela, la crisis política del país llegó a un punto sin retorno en el que dos presidentes, Nicolás Maduro y Juan Guaidó, protagonizan una lucha definitiva por el poder.

Esa confrontación, que pasa por las calles, por los cuarteles militares y por el espacio de la geopolítica global, acabó para siempre con la convivencia forzada entre el gobierno y la oposición y puso a Venezuela frente a una definición sobre la naturaleza del régimen que la habrá de gobernar en el futuro inmediato.

Guaidó, un joven dirigente opositor que asumió hace tres semanas como líder de la unicameral Asamblea Nacional, se proclamó el miércoles 23 ante miles de manifestantes "presidente encargado" de Venezuela, y con ese acto -legitimado por el Parlamento- provocó la más grave crisis del chavismo desde su llegada al poder, en 1999.

Guaidó de inmediato fue reconocido como presidente de Venezuela por la mayoría de países latinoamericanos, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos, lo que llevó a Maduro a una medida extrema: rompió relaciones diplomáticas con Washington y dio un plazo de 72 horas al personal de la embajada estadunidense en Caracas para abandonar el país.

China y Rusia, las dos potencias que se convirtieron en el principal soporte de Maduro por los negocios petroleros y mineros que tienen en Venezuela y su interés geopolítico en ese país, respaldaron en forma contundente al presidente chavista y acusaron a Estados Unidos de injerencista.

Alemania, Francia y España llamaron por separado a realizar elecciones inmediatas en Venezuela "con todas las garantías democráticas".

Para Alexis Alzuru, doctor en ciencias políticas, lo que ocurrió en Venezuela el miércoles 23 fue un "quiebre político" en el que "se cerró la etapa de convivencia forzada y pelea permanente entre el gobierno y la oposición que habíamos tenido hasta ahora, y se abren paso dos escenarios muy complejos".

Uno de ellos, asegura, es el de "la solución militar", que puede ser externa y se daría bajo el liderazgo de Estados Unidos, o interna, la cual es más improbable, pero podría darse si un sector de la Fuerza Armada con poder de fuego reconoce a Guaidó como presidente interino.

Hasta el viernes 25, la cúpula militar venezolana mantenía su apoyo a Maduro mientras Estados Unidos insistía en que "todas las opciones están sobre la mesa" en caso de que el presidente y sucesor de Hugo Chávez no entregue el poder al líder de la Asamblea Nacional.

Alzuru plantea que el otro escenario es que, en medio del enorme...

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