¿Quieren ganar la guerra?. Civilidad y violencia

AutorSergio Aguayo

Una prueba que apuntala la hipótesis aparece en las crónicas del enfrentamiento entre la guardia de El Chapo Guzmán y los marinos durante su última captura. El gobierno mexicano no hizo ningún comentario acerca del tipo de armamento que encontró. Por su parte, los medios de comunicación mencionaron el tema sólo de pasada, y cuando lo hicieron fue con imprecisiones. El más certero fue Carlos Loret de Mola quien, en su columna para El Universal, refirió que los marinos encontraron "cuernos de chivo y R-15 [...], granadas, tres metralletas Barret calibre .50 y dos lanzacohetes RPG de fabricación rusa". Le faltaron cifras exactas y erró al calificar como "metralletas" los fusiles de francotirador Barret .50 (en sentido estricto, éstos son armas de guerra, pues se trata de "rifles anti-materiales" diseñados para la destrucción de equipos militares).

Allá en Estados Unidos sólo se interesaron por las armas de El Chapo cuando Fox News reveló que entre las ocho analizadas por los agentes de la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) estaba uno de los 34 Barret enviados a México como parte de la operación Rápido y Furioso (entre el 2009 y el 2011, Washington permitió que criminales compraran y transportaran armas a México para rastrearlas cuando fueran utilizadas para matar o herir a mexicanos). Sigue sin establecerse con claridad qué funcionarios calderonistas aprobaron tal barbaridad, y hasta la fecha han sido asesinados más de 200 mexicanos con los riñes de Rápido y Furioso.

Desde la óptica militar, estamos ante un desdén absurdo de dos gobiernos que han declarado la guerra al crimen organizado, pues una regla elemental es interrumpir al enemigo las rutas de suministro bélico. La batalla de Stalingrado se definió cuando los soviéticos cercaron, en noviembre de 1942, al Sexto Ejército alemán (además del Cuarto) que se desmoronó a medida que se agotaban sus reservas de munición, gasolina y alimentos. Durante la guerra de Vietnam, Estados Unidos hizo hasta lo imposible por destruir los 16 mil kilómetros de túneles y senderos selváticos del Sendero de Ho Chi Minh, que servían para transportar efectivos, armas, alimentos y municiones a Vietnam del Sur. Nunca pudo y, en parte, por ello Washington terminó dándose por vencido.

Quienes gobiernan Estados Unidos evaden su responsabilidad por el trasiego de armas a México porque están maniatados por la NRA (Asociación Nacional del Rifle), que se ha convertido en paradigma del poder...

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