Un rebelde que enseña en The Citadel

AutorJ. Jesús Esquivel

CHARLESTON, CAROLINA DEL SUR.- Escritor perteneciente a la llamada "generación del crack", autodefinido como rebelde, antimilitarista y "liberal exacerbado", Eloy Urroz es ahora profesor en la universidad militar más elitista de Estados Unidos y porta las insignias de teniente del ejército de aquel país.

"Es una suerte de contradicción: soy antimilitarista pero he aprendido a conocer y respetar a los militares", señala acerca de su trabajo como profesor de español en The Citadel, la exclusiva academia castrense de esta ciudad.

Aunque nacido en Nueva York, Urroz es "más mexicano que los tamales", como él mismo dice, y es un "ente extraño" que enseña español a futuros jefes militares, políticos o empresarios de Estados Unidos.

"Mis alumnos me preguntan sobre México; les llama la atención que yo sea mexicano", dice a Proceso el novelista, poeta y ensayista, licenciado en lengua y literatura hispánicas por la UNAM.

The Citadel es una universidad militar en donde se respira el orden marcial desde el momento de pisar el césped o las aceras de su amplio y famoso campus fundado en 1842.

Sonriente, Urroz llega a The Citadel e ingresa al edificio del Departamento de Cultura, Lenguas y Literatura Moderna. "Aquí se inicia mi transformación", comenta a manera de chiste cuando entra a su oficina.

Y es que el novelista, con maestría y doctorado en letras hispánicas por la Universidad de California, Los Ángeles, explica que su transformación consiste en dejar su ropa de civil colgada en el perchero de la puerta de su despacho, para ponerse el uniforme militar y así impartir sus clases.

"Me cambio en un minuto, es mi rutina; lo hago todas las semanas", argumenta, como si se arrepintiera de tener que hacerlo. Y, efectivamente, en menos de dos minutos el "profesor mexicano" queda listo: viste el uniforme militar: pantalón y camisa verdes, con las insignias de teniente, grado que le corresponde como académico de The Citadel y tras nueve años de docencia.

"La boina me la tengo que poner solamente al entrar a los edificios. Dentro de ellos me la tengo que quitar, como todos los demás militares", cuenta Urroz mientras se dirige al salón para impartir una lección de español básico.

En los pasillos del Departamento de Cultura, Lenguas y Literatura Moderna los jóvenes cadetes entran y salen de distintos salones. A diferencia de lo que ocurre en las universidades civiles de Estados Unidos, aquí el ambiente es más serio, menos ruidoso; hay sonrisas, pero son pocas. A simple vista se percibe a un estudiantado muy disciplinado; militares de...

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