La rebelión de las "pequeñas" empresas

AutorJuan Carlos Cruz Vargas

Detrás de las puertas de Palacio Nacional, que al menos desde el domingo 5 están cerradas para el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), pero permanentemente abiertas para los hombres más ricos del país, camina el presidente Andrés Manuel López Obrador en cuyo gobierno se toman "decisiones a contentillo" frente a la crisis causada por la pandemia del coronavirus.

En este contexto de emergencia, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), José Enoch Castellanos Férez, considera que "México pasó muy pronto de una democracia incipiente, que funcionaba con sus carencias, a un país de una sola persona donde las decisiones se toman a contentillo, de acuerdo con filias y fobias e ideologías y dogmas de fe de quien ocupa la silla en el palacio presidencial".

En entrevista con Proceso, el empresario de origen chiapaneco cuestiona a la autoridad que pretende que no se genere una crisis de empleo, cuando es evidente que las empresas paradas van a tener caídas abruptas en sus ventas. Asimismo deja ver una división entre los empresarios.

"El presidente (López Obrador) tiene un error en querer negociar y apoyarse en los grandes capitales para que impulsen sus teorías y postulados. La economía real la tienen millones de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes)."

El dirigente empresarial expone sobre la equivocación del mandatario: "Ellos (los grandes capitales) no le pueden ayudar a sostener el empleo. Es evidente que el empleo que generan sus empresas es insuficiente; siete de cada 10 plazas laborales pertenecen a las pequeñas empresas.

"Creo que lo que estamos presenciando es la rebelión de más mipymes. Esto también puede resultar en que la iniciativa privada se una más, aunque el presidente considere más conveniente o glamuroso reunirse con los grandes capitales."

El solitario mensaje de López Obrador en el patio principal de Palacio Nacional, emitido el domingo último, impactó en su relación con la clase empresarial del país.

Por una parte, echó por la borda la propuesta del CCE, presidido por Carlos Salazar Lomelín, que pretendía, entre otras medidas, ajustes en materia fiscal que no exigían la condonación de impuestos, pero sí el diferimiento de éstos para que a las empresas se les facilitara el pago de sus nóminas ante el encierro por la emergencia sanitaria.

El rechazo presidencial provocó la molestia del exdirectivo de Fomento Económico Mexicano (Femsa), quien advirtió que el presidente será el único responsable de la caída abrupta del empleo...

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