Rebeliones partidistas

AutorLeonardo Boix

LONDRES.- El Brexit no sólo provocó una enorme incertidumbre económica y financiera en Gran Bretaña, sino también una crisis política y constitucional.

Una hora después de que se conoció el resultado del referéndum, el primer ministro, David Cameron, que se había jugado su futuro político al convocar el plebiscito y apoyar la permanencia del país en la Unión Europa (UE), anunció sorpresivamente su renuncia, arrastrado por el fracaso de su campaña.

El Partido Conservador está dividido desde hace años entre los parlamentarios eurofóbicos y los proeuropeos. Enfrenta además un éxodo de electores hacia el xenófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP).

Esas divisiones internas empujaron a Cameron a convocar, contra su voluntad, el polémico referéndum, cuyo resultado provocó a su vez su caída, ocurrida sólo un año después de que su partido ganó la mayoría parlamentaria en las elecciones generales.

Siete días después del plebiscito, los principales aspirantes al cargo de primer ministro anunciaron su candidatura. Entre ellos se encontraba Boris Johnson, exalcalde de Londres y una de las caras más visibles de la campaña en pro del Brexit, quien aparecía como el favorito entre las filas de los toríes (conservadores): contaba con el apoyo de más de 100 legisladores de su partido y asumía una posición más flexible a la hora de negociar con la UE una transición hacia el divorcio.

Pero el jueves 30 se bajó de la carrera por el liderazgo tory. Lo hizo después de que Mi-chael Gove, ministro de Justicia y su compañero de filas, presentó en el último momento y de manera sorpresiva su candidatura.

Gove es, entre los candidatos, el de la posición más dura. Para él el Reino Unido debería mantener la promesa que se le hizo al electorado que votó por el Brexit: divorcio completo de la UE, nuevos acuerdos comerciales por fuera del bloque y control absoluto de las fronteras, lo que implica suspender el libre movimiento de personas y reducir el flujo migratorio al país.

También se postuló por el liderazgo del Partido Conservador la ministra del Interior, Theresa May, una política sobria y fría, con experiencia en cargos gubernamentales y quien apoyó la campaña por la permanencia en la UE. Los analistas consideran que podría asumir una posición más mediadora en las negociaciones con Bruselas.

El Partido Conservador deberá seleccionar a dos candidatos, los cuales serán sometidos al voto de unos 150 mil delegados este verano. El nombre del ganador se...

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