Otro "récord" en la México: 600 asistentes

AutorLeonardo Páez

No se trataba de llenar el coso -unas 42 mil localidades- que hace siete décadas resultaba insuficiente para recibir a las legiones de aficionados que aspiraban a ser parte de la historia la tarde inaugural, cuando la Ciudad de México no llegaba a los 3 millones de habitantes; ni siquiera de vender las 20 mil localidades de numerado, como ocurrió incluso en temporadas novilleriles de hace tres décadas en que la población del Distrito Federal ya alcanzaba los 12 millones de pobladores. No. Los objetivos de la empresa que hace 20 años maneja los destinos de la Plaza México andan a la inversa: ir sacando al público gradual pero sistemáticamente hasta alcanzar en un festejo un récord de inasistencia casi imposible de superar en una temporada grande: 600 espectadores en un desalmado segundo jueves taurino nocturno "de oportunidad".

Además de intentar un profesionalismo que desconoce y haber anunciado 23 carteles completos como si de una feria anual se tratara -y no de un serial que sobre la marcha debe ajustarse e ir tomando altura de acuerdo con méritos de los actuantes-la citada empresa volvió a incurrir, como lo ha hecho a lo largo de 22 años, en la contratación de ganaderías de dudosa bravura, al grado de que en nueve festejos -ocho dominicales, uno en viernes y dos de oportunidad en jueves- han prevalecido la sosería y la mansedumbre, recibiendo todos un pujal o puyazo mínimo a manera de ojal, lo que aunado a la escasa presencia de muchas de las reses aprobadas por la Delegación Benito Juárez dan como resultado pobres niveles de asistencia, no obstante la demagógica convocatoria de la empresa a la campaña "Haz tu temporada", para que los aficionados elaboraran 12 carteles.

Si según el promotor del coso "los toreros escogieron los toros" -no quiso decir las figuras importadas-, estos pobres resultados económicos y artísticos indican que el concepto de autorregulación irresponsable practicado por los empresarios y tolerado por las autoridades llegó a una situación preocupante, al menos para la buena salud de un espectáculo con 489 años de tradición en la Ciudad de México, pero que a partir de la adopción de políticas neoliberales en el país, de la desatención del gobierno capitalino y de la sumisión a los criterios del pensamiento único que imponen al mundo lo que debe ser política, económica y cultu-ralmente correcto, inició su debilitamiento. El Diccionario del fraude taurino que se puede consultar en internet define cartel de toros como...

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