Su red de complicidades, a escala binacional

AutorPatricia Dávila

Considerado el funcionario más influyente de la administración del presidente Felipe Calderón, Genaro García Luna extendió su influencia a todas las áreas estratégicas de seguridad, fortaleció a su equipo de incondicionales y logró crear alianzas con instituciones extranjeras como el FBI y la DEA estadunidenses, que incluso lo condecoraron por su "lucha contra el narcotráfico".

Paralelamente, de acuerdo con archivos de este semanario, él y sus colaboradores cercanos fueron señalados desde 2004 por estar al servicio de los hermanos Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa; 15 años después, la Corte de Nueva York lo requiere por esas acusaciones.

Actualmente uno de sus hombres de mayor confianza, Ramón Eduardo Pequeño García, ocupa un puesto estratégico en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador después de encabezar la Unidad de Inteligencia de la Policía Federal (PF) y estar al mando del monitoreo de las cámaras de seguridad de los centros penitenciarios en 2015, cuando se fugó Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.

Investigaciones de la entonces Sub-procuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) arrojaron que buena parte de los funcionarios más cercanos a García Luna fueron corrompidos por el narcotráfico, pues desde el sexenio de Vicente Fox surgieron evidencias de que la Secretaría de Seguridad Pública fue una de las dependencias más infiltradas por el Cártel de Sinaloa y otras bandas delictivas.

Por ejemplo, Édgar Enrique Bayardo del Villar, exinspector adscrito a la Sección de Operaciones de la entonces Policía Federal Preventiva (PFP) fue puesto a disposición de la SIEDO por servir presuntamente a Ismael El Mayo Zambada García. Cercano a García Luna, con un sueldo no mayor a 26 mil pesos mensuales, Bayardo consiguió en poco tiempo la prosperidad: compraba al contado vehículos de lujo y residencias.

El 30 de octubre de 2008 su jefe en la PFP, Gerardo Garay Cadena, lo puso a disposición de la SIEDO. Tras convertirse en testigo protegido, Bayardo fue asesinado el 1 de diciembre de 2009.

Otra pieza de esta red, presuntamente al servicio de los hermanos Jesús e Ismael Zambada, es precisamente Garay Cadena, comisionado de la PFP que el 1 de noviembre de 2008 renunció a su cargo para ponerse voluntariamente a disposición de las autoridades. De inmediato fue arraigado por la SIEDO. El 11 de diciembre se le consignó por el delito de delincuencia organizada y tras pasar cuatro años en prisión fue exonerado por falta de pruebas.

Las pesquisas también abarcaron a otros funcionarios...

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