Sin una reforma fiscal no habrá bienestar

AutorClaudia Villegas

Ante la crisis económica causada por la pandemia del coronavirus, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no podrá alcanzar sus objetivos de bienestar para la población de menores ingresos si no incluye en sus planes de gobierno una verdadera reforma fiscal que redistribuya el ingreso, promueva la inversión, recupere el medio millón de empleos perdidos y deje de ocuparse sólo de la fiscalización a los grandes contribuyentes.

Organismos multilaterales como el FMI y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos recomiendan esa reforma fiscal como la única opción para que México pueda reactivar su economía sin recurrir al endeudamiento, pero el Servicio de Administración Tributaria (SAT) sigue con su política de fiscalizar a los grandes deudores.

Luis Foncerrada Pascal, economista en jefe de la Cámara Americana de Comercio, sostiene que mientras el gobierno de López Obrador posponga una discusión fiscal de fondo que incluya deducibilidad de inversiones y un incremento a la tasa del IVA, mantendrá un sistema tributario profundamente regresivo en el cual, paradójicamente, sólo se benefician quienes más tienen.

El Coeficiente de Gini -que sirve para medir la desigualdad en los ingresos- no se equivoca respecto al potencial de bienestar y redistribución de la riqueza que genera un sistema tributario transparente y equitativo, dice Foncerrada a Proceso. Los analistas estiman que mantener bajo el régimen de excepción fiscal alimentos y medicinas beneficia a 30% de la población de mayores ingresos en la economía e impide que el gobierno federal obtenga ingresos adicionales por entre 2 y 4% del PIB.

Como resultado, México tiene un sistema tributario asimétrico e injusto a partir de una tasa de IVA al consumo, que favorece a quienes registran un mayor gasto, dice Foncerrada, exdirector del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado.

Y advierte que si bien un incremento en el IVA y la inclusión en este gravamen de alimentos y bebidas afectaría a los grupos de ingresos más bajos, un cambio en el impuesto al consumo deberá incluir el acceso a los medicamentos para la población de menores ingresos por medio de un sistema de salud universal.

En cuanto a los alimentos, agrega, el sistema tributario debe diseñarse para sostener esquemas como el de la renta universal para que las personas mayores de 18 años en México o quienes estén registrados ante el IMSS o en el Registro Federal de Contribuyentes tuvieran un ingreso garantizado...

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