El regreso de Correa

AutorRafael Croda

BOGOTÁ.- El expresidente ecuatoriano Rafael Correa, a quien muchos dieron por acabado hace unos meses cuando fue sentenciado a ocho años de prisión por cohecho y a otros 25 de inhabilitación, está de vuelta como el actor principal de la política de Ecuador y es el protagonista central de una campaña electoral que encabezó desde Bélgica sin ser candidato.

Su delfín, Andrés Arauz, candidato presidencial de la izquierdista Unión por la Esperanza (Unes), se presenta a los comicios de este domingo 11 con la ventaja de haber encabezado la primera vuelta de febrero pasado, aunque todo anticipa una contienda cerrada.

Y aun cuando Arauz pierda en esta segunda vuelta ante el banquero conservador Guillermo Lasso, abanderado del Movimiento Creo, Correa quedaría como el líder de la oposición y de la bancada legislativa de Unes, que ganó un tercio de los escaños en febrero pasado y desde mayo será la primera mayoría en el Congreso Nacional.

Este entramado de ingeniería política fue construido por el expresidente izquierdista con una activa presencia en redes sociales, con el uso de su imagen en los mítines de Unes, con entrevistas en medios internacionales y con reuniones virtuales con sus bases desde Bruselas, donde reside, pues en Ecuador una orden de captura pesa sobre él.

La influencia de Correa en la vida política ecuatoriana es tanta, que toda la campaña presidencial giró en torno a él. Ambos candidatos apelaron día a día a los dos grandes bandos políticos de Ecuador: los correístas, representados por Arauz, y los anticorreístas, liderados por Lasso.

"Correa demostró que el correísmo es una identidad política en Ecuador, una organización política con presencia nacional y la primera fuerza electoral, a pesar de la persecución judicial, el acoso y el exilio que han vivido en estos años sus dirigentes, empezando por él", dice a Proceso el sociólogo Franklin Ramírez.

Estos comicios se convirtieron, de hecho, en una suerte de referendo sobre el expresidente, quien gobernó Ecuador entre 2007 y 2017 con notables resultados económicos y sociales, pero también con un estilo confrontacional que lo enemistó con indígenas, sindicatos, empresarios y medios, lo que propició la polarización del país.

Aunque Correa no podrá regresar por ahora a Ecuador, una victoria de Arauz podría abrirle las puertas a una favorable revisión de su sentencia en un país donde la justicia suele ser sensible a las necesidades del poder político.

¿Asesor distante o cogobierno?

El doctor en ciencia política Santiago Basa-be dice a Proceso que la principal demanda del correísmo es el retorno de Correa al país, "y seguramente, si gana Arauz, se van a tomar medias para que eso ocurra".

En ese escenario, afirma el decano del departamento de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR