Regulación necesaria, compleja y cara

AutorAna Lourdes Cárdenas

Sean Azzariti, un exmarino y veterano de la guerra de Iraq, guarda en el clóset de su casa un pequeño tesoro: una bolsa con 3.5 gramos de Bubba Kush, una variedad de marihuana índica, y una trufa de chocolate hecha a base de cannabis.

La bolsa está engrapada desde hace dos años y así seguirá por tiempo indefinido, pues Azzariti no piensa abrirla. En algunos años más, dice, quizá la donará a un museo.

-Es el equivalente a la primera botella de licor después de la prohibición -me dijo-. El recibo está todavía en la bolsa, es testimonio de un día histórico.

Azzariti, de 34 años y quien sufre de estrés postraumático, fue la primera persona en comprar marihuana para uso recreativo el 1 de enero de 2014, cuando decenas de dispensarios en Colorado abrieron sus puertas al público para vender cannabis en diferentes presentaciones.

-Fue la locura total -recordó Azzariti-. Había mucha gente en la calle celebrando el año nuevo y muchas, muchas personas esperaban en fila la apertura de los dispensarios. Hubo personas que acamparon hasta 24 horas para ser los primeros clientes.

Entrar al dispensario y poder comprar cannabis sin restricciones fue para Azzariti el premio a una lucha de más de 10 años a favor de su legalización. Para él, la marihuana fue un milagro que le salvó la vida después de haber tratado de controlar el estrés y la ansiedad con medicamentos tradicionales. Gracias a la marihuana, me dijo, volvió a sentirse como un ser humano normal.

Las filas afuera de los dispensarios se extendían por varios metros y el tiempo de espera para ser atendido era en promedio de dos horas. El Denver Post reportó que al menos 37 tiendas en el estado abrieron ese día para vender marihuana a personas mayores de 21 años.

Las reglas fueron claras: cada persona -residente del estado-podía comprar hasta 28 gramos de marihuana, mientras que los visitantes foráneos podían adquirir hasta siete gramos. No se fijaron límites o seguimiento al número de veces que un consumidor podría visitar un dispensario, pero se dejó claro que la posesión de marihuana no debía exceder los 28 gramos.

Ese primer día fluyó sin contratiempos y, según reportes de la prensa local, las ventas alcanzaron cerca de 1 millón de dólares. Los consumidores salían de los dispensarios con sus bolsitas engrapadas conteniendo hierba seca, dulces o concentrados de marihuana. Es probable que pocos, muy pocos, estuvieran conscientes de todo el proceso político y administrativo que hizo posible la apertura...

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