El relanzamiento del RIAL

AutorOlga Pellicer

Desde el RIAL se gestó una visión latinoamericana de lo que acontecía en el mundo al acercarse el fin de la Guerra Fría, y se tomó conciencia de los procesos que conducirían al fin de las dictaduras militares en América Latina. Para comienzos de la siguiente década empezó el retorno a sus países de origen de quienes se encontraban en el exilio y, frecuentemente, su incorporación en puestos de alta responsabilidad en los nuevos gobiernos civiles. Esto, y el giro de la mirada del gobierno mexicano, más interesado para entonces en el libre comercio con América del Norte que en la relación con América Latina, cambiaron el panorama. El RIAL languideció y terminó por desaparecer, a pesar de la nostalgia de quienes pertenecimos a la primera época y exclamábamos al encontrar a colegas latinoamericanos: "¡Hay que revivir el RIAL!".

El consejo ha reaparecido bajo el impulso de colegas del Cono Sur y el apoyo de instituciones académicas en México. Encuentra, desde luego, un panorama muy distinto al de hace 20 años. La situación internacional durante ese tiempo ha experimentado los cambios más profundos y acelerados de que se tenga memoria.

El paradigma bipolar existente durante los años de la Guerra Fría no fue sustituido, como algunos creyeron originalmente, por un sistema unipolar encabezado por Estados Unidos y aceptado, en mayor o menor grado, por el resto del mundo. Es cierto que ese país sigue siendo una gran potencia, la mayor que haya existido por su poderío militar, su capacidad de innovación tecnológica, su "poder suave" presente a lo largo del mundo, la indudable vitalidad y variedad de su población, y por muchos otros factores. Sin embargo, no ha podido ganar las guerras que ha emprendido y comparte con la Unión Europea la imposibilidad de resolver la crisis económica que explotó desde 2008 y cuyas consecuencias más negativas no se han podido solucionar.

Paralelamente, ha hecho irrupción un cambio deslumbrante en el terreno de la ciencia y la tecnología que ha modificado las formas de comunicación, ha transformado las actividades productivas y ha dado lugar a una cultura nueva que parece renovarse cada día y cuyas consecuencias son francamente impredecibles.

A esos cambios se suma el surgimiento de nuevos polos de poder económico, los cuales se localizan fundamentalmente en Asia, donde China se ha convertido en el centro más poderoso de las finanzas y el comercio internacionales, avanzando rápidamente a igualar la presencia económica de...

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