Repensar la publicidad oficial

AutorFlorence Toussaint

A partir de 2011 se dispara el egreso ejercido por sobre el aprobado para alcanzar su pico en 2016 en que se dispuso de 9 mil quinientos millones de pesos. Habría que repensar por completo la utilidad de erogar fondos -hoy necesarios en rubros de educación, cultura, salud, vivienda-, pues para las campañas sociales existe un 1.25% del tiempo en radio y televisión para que el Estado disponga de éste.

En medios impresos bastaría con fijar un tope de erogación, así como el tipo de informaciones susceptibles de ser publicitadas por el gobierno. Para otorgar el subsidio sería indispensable probar que existe un mínimo, determinado por ley, de circulación en papel y/o visitas en internet, aunque sin atar dichos números al aumento o disminución de lo publicitado y pagado. De esta manera se desligaría la línea editorial de la obtención de fondos gubernamentales. El gobierno ganaría al verse libre del chantaje que significa obtener notas favorables a cambio de una paga abultada.

La sociedad, por su parte, dejaría de verse acosada por los spots de la Presidencia de la República, de la Armada, del Ejército, del Congreso (que tiene ya un canal aéreo abierto para comunicarse), del INE, de Sedesol, entre los más anunciados en los años recientes. Audiencia liberada de las historias de éxito, ficciones, puestas en escena para convencer del buen desempeño de las instituciones, como si...

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