Ante el repunte de la violencia, la indefinición

AutorJorge Carrasco Araizaga

Con la violencia acotada sólo en el discurso, el gobierno de Enrique Peña Nieto no termina de definir cómo va a enfrentar a la delincuencia organizada. Tomó la decisión de centralizar la operación policial en la Secretaría de Gobernación y de crear una Gendarmería Nacional, pero está lejos de aclarar qué hará ante los cárteles de la droga.

Más allá de su propuesta de promover el desarrollo socioeconómico en las zonas del país más afectadas por la delincuencia, Peña Nieto "ha sido vago en cómo planea reducir la violencia, particularmente los homicidios, los secuestros y la extorsión", asegura en un ensayo la investigadora Vanda Felbab-Brown.

Integrante del Centro para la Seguridad e Inteligencia del Siglo 21, de la Broo-kings Institution -organización con sede en Washington y dedicada a la investigación de temas de interés internacional-, el sexenio pasado Felbab-Brown comenzó a seguir la manera en que el Estado mexicano ha actuado frente a la delincuencia organizada.

Colaboradora del exembajador de Estados Unidos en México Carlos Pascual cuando éste presidió dicha organización -antes de su encargo diplomático-, Felbab-Brown asegura que después de la fallida estrategia de Felipe Calderón contra el narcotráfico, que generó más violencia, Peña Nieto no tiene más prioridad que reducirla.

Pero hasta ahora no ha dicho cómo lo va a hacer, escribió en el texto La piñata de Peña Nieto: La promesa y obstáculos de la nueva política de seguridad de México contra el crimen organizado, publicado en febrero pasado por la Brookings Institution.

Osorio Chong, superpolicía

En marzo pasado el presidente pidió un año para evaluar sus propuestas. La medición, inevitable, será el número de muertos. Las estimaciones periodísticas hablan de casi 4 mil muertos en lo que va de su gobierno, casi mil al mes, cifra similar a las de su antecesor.

Apenas el martes 2 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el nuevo reglamento interno de la Secretaría de Gobernación (Segob) para orientar a la dependencia hacia sus nuevas funciones policiales, luego de que Peña Nieto promoviera la desaparición de la Secretaría de Seguridad Pública que tuvieron los gobiernos del PAN.

Es "una reorganización más de las dependencias a cargo de la seguridad y la procuración de justicia en México", dice con escepticismo Felbab-Brown, quien antes de concentrarse en este país enfocó su investigación en temas de contrainsur-gencia, delincuencia organizada y economías ilícitas en Birmania e Indonesia, en el sureste de Asia; Somalia, en el cuerno de África; y la región andina de Sudamérica.

De acuerdo con la reorganización de la Segob, vigente desde el mismo martes 2, Osorio Chong dispondrá de un gran aparato burocrático y operativo para "alcanzar los objetivos de disminución de la violencia, prevención y disuasión del delito, avanzando en una política de Estado en seguridad", informó la dependencia en un comunicado.

Investido como jefe máximo de la seguridad en México, Osorio Chong controlará a la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) -de la que depende la Policía Federal (PF)-, una Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana, el Sistema Nacional de Seguridad Pública y el Cisen (Centro de Investigación y Seguridad Nacional). Además dispondrá de las bases de datos policiales y delictivos de...

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