Los resabios del colonialismo y los bienes culturales

AutorJorge Sánchez Cordero

En diciembre de 1923 André Malraux (1901-1976) escindió ilegalmente algunas estatuas y figurinas del templo de Banseay Srei, dedicado al dios hinduista Shiva en Cambodia. Ese país en esa época era un protectorado francés en la antigua Indochina. Banseay Srei es uno de los templos más exquisitos de la cultura khmer en el complejo arqueológico y religioso de Angkor. Malraux y su secuaz Louis Chevasson perpetraron este ilícito con el avieso propósito de comercializar las piezas sustraídas.

Malraux fue arrestado y sentenciado a prisión por sustracción ilícita de bajorrelieves; la élite intelectual parisina publicó un alegato en su favor en Les Nouvelles Littéraires en septiembre de 1924. Entre los signatarios se encontraban André Breton (1896-1966), Louis Aragon (1897-1982), André Gide (1869-1951) y Francois Mauriac (1885-1971. Posteriormente André Breton, en una narrativa impregnada de resabios colonialistas, reiteraría: ¿a quién en esa nación le importa la preservación de esas obras de arte?

La pena le fue reducida a Malraux y, ya en París, en su osadía recurrió a la Corte de Casación para obtener la restitución de su saqueo (Patrick Howlett-Martin).

Durante la Segunda Guerra del Opio (1856-1860) en China, las tropas británicas y francesas perpetraron en el Antiguo Palacio de Verano (conocido como Jardín del Perfecto Brillo en la cultura china) uno de los mayores saqueos de bienes culturales que registra la historia. Este ultraje aún permanece en la memoria colectiva china y se ha convertido en una cause célèbre.

Esto dio motivo a una de las condenas más severas del colonialismo por el escritor francés Víctor Hugo, quien tuvo el arrojo de escribir una carta insigne dirigida al capitán Butler: "Nosotros los europeos somos los civilizados y los chinos son los bárbaros. Éste (el saqueo) es una muestra de lo que la llamada civilización le ha infligido a la barbarie". Parte de las piezas obtenidas de este saqueo fueron subastadas por Christie's en París, en 2009, en el Grand Palais, provenientes de la colección de Yves Saint Laurent y de Pierre Bergé.

El año 1897 es una referencia de lo que, sin eufemismos, es considerado como un genocidio humano y cultural perpetrado por las tropas británicas en la operación Expedición Punitiva Benín. El reino de Benín, con riqueza cultural, se encontraba en la parte occidental africana, actualmente Nigeria, que despertaba la ambición imperial. La devastación de los tesoros de Benín, especialmente de los bronces, es memorable. De esas estatuas de bronce, de inestimable valor, 327 se encuentran actualmente en los Museos Pitt-Rivers en Oxford, 182 en el Staatliches Mu-seum für Völkerkunde en Dresden...

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