Resguarda los secretos del Cabildo

Sumergido en la penumbra de estos días del siglo 21 y la obscuridad permanente del siglo 16, el Señor "H" mira pasar la vida de los portafolios y las prisas, acompañado por los ecos de los muertos del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

Se le conoce por ese nombre, no hay intención de omitir el propio; él así se quiere llamar y así quiere que todos lo conozcan.

Desde hace 23 años es el "guardián" del Salón de Cabildos, espacio ubicado en una esquina de este edificio de monumental belleza que actualmente es la sede del Gobierno del Distrito Federal, en el Zócalo.

El señor "H" despacha en un salón contiguo al Salón de Cabildos, de techos altísimos y pisos de duela. A su despacho se cuelan, por entre una puerta de madera, la luz y sonidos diluidos de los pasos y las voces de quienes no reparan en él, ni en el tesoro que guarda a su diestra.

A la derecha, por una entrada lateral al Salón de Cabildos, apenas se alcanzan a ver sombras de los escaños con respaldo de cuero repujado con el escudo de la Ciudad de México, los mismos que presumiblemente usaron los primeros alcaldes y regidores de la Ciudad.

-¿Qué quiere saber?, pregunta solícito.

-La historia del edificio y sus leyendas, se le pide.

Se arrebuja en su chamarra, y se arranca: "El edificio, esa parte desde la escalera central a 5 de Febrero se construye de 1522 a 1532, dura 10 años, pero era tan urgente esta sala, la Sala de Cabildo, que en 1524 empieza a funcionar".

El Señor "H" deja entonces claro que se bebió enterita la historia del lugar, al cual no considera su segunda casa, sino la primera.

Sabe que el café para los reporteros que empiezan el día a la par del Jefe de Gobierno se...

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