Respuestas que nada dicen

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS.- El pasado viernes 25 de septiembre -último día de la cuarta semana del juicio por los atentados contra Charlie Hebdo y el supermercado kosher de la Porte de Vincennes-, a las 11 de la mañana en punto, Regis de Jorna, presidente de la Corte Penal Especial de París, interrumpió en forma abrupta la audiencia.

Acababa de enterarse de un ataque terrorista perpetrado al pie del edificio que albergaba la antigua sede del semanario satírico.

La pausa fue breve y se reanudó la audiencia del agente 562SI de la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI), interrogado por videoconferencia. Sólo se oía la voz del investigador de alto nivel, cuyo pecho y rostro estaban disimulados por un vidrio opaco.

Extraña coincidencia: el anuncio de la agresión con cuchillo de carnicero contra dos periodistas de la productora audiovisual Premières Lignes se dio cuando el agente 562SI intentaba explicar a la Corte por qué los hermanos Kouachi y Amedy Coulibaly habían escapado a los controles de los servicios de inteligencia galos y pudieron llevar a cabo sus asaltos mortíferos.

Más extraño aún, esa misma tarde, mientras se iba describiendo el perfil del agresor -un joven musulmán paquistaní "enojado" por la republicación de las caricaturas de Mahoma en portada de Charlie Hebdo en su edición del 2 de septiembre-, comparecían en calidad de testigos las viudas de los hermanos Kouachi.

Tensa al extremo se percibía la atmósfera en la sala de audiencia de la Corte Penal Especial antes de estas comparecencias, pero después de ellas el ambiente se heló.

A lo largo de tres horas resultó imposible arrancar la mínima información o dato, la menor confesión a Izzana Hamyd y Soumya

Bouarfa. Los interrogatorios del presidente de la Corte, de su asesor, del abogado general y de los abogados de las partes civiles se toparon con un muro de frases evasivas.

Las viudas no sabían nada. No se habían percatado de nada. No sospecharon nada. Y aún hoy no entienden nada.

Francesas de origen magrebí, las parejas de los Kouachi, amigas de la infancia, crecieron en un barrio popular de Charleville-Mézières, una pequeña ciudad del este de Francia ubicada en la frontera con Bélgica. Fue Soumya Bouarfa, viuda de Said Kouachi, quien presentó a Izzana Hamyd con Chérif.

Las dos pertenecen a familias "apegadas a un respeto riguroso de las normas de vida islámica", según explicaron, y si bien ambas se mostraron esquivas ante el bombardeo de preguntas precisas, lo hicieron de manera...

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