Los retos apremiantes de Biden

AutorRafael Fernández de Castro

Los retos que enfrenta son formidables, tanto en el frente interno como en el internacional. El número uno está claro: contener la pandemia del coronavirus y reencausar la economía. La segunda prioridad es un tema de fondo y central para gobernar: la reconciliación nacional, cómo evitar que el país siga polarizándose entre conservadores y liberales. El tercero es la reconstrucción del Estado profundo, las instituciones, el servicio civil de carrera y las regulaciones que literalmente permiten ordenar y manejar, es decir, gobernar al país. Finalmente, en el frente externo es regresar o reinventar las alianzas, desde el acuerdo climático de París hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, insistieron durante su campaña electoral que Estados Unidos se dirige hacia "el invierno del coronavirus"; es decir, el frío y la falta de prevención están haciendo estragos. El número de contagios diarios al arrancar noviembre ya rebasó 100 mil y los decesos, en consecuencia, van al alta. Su dilema es: cómo su respuesta sanitaria toma en cuenta la mermada economía y el grave desempleo.

De entrada, el ascenso de Biden significa que en el vecino país habrá un líder que predica con el ejemplo. Ha sido escrupuloso en siempre usar un cubrebocas. No sólo no despedirá al doctor Anthony Fauci, la gran autoridad estadunidense en epidemias, sino que ya ha dado muestras de que trabajará, hombro con hombro, con la comunidad científica.

El gran reto será lograr un acuerdo bipartidista para un segundo rescate económico. Éste se ha escabullido por una pugna entre los demócratas, en control de la Cámara Baja, que exigían ayuda masiva para las pequeñas y medianas empresas, pero el Senado republicano se convirtió en un muro infranqueable.

Es casi un hecho que Biden no logrará la mayoría en el Senado. Tendrá que enfrentar, en éste y en todos los otros desafíos, la férrea resistencia de Mitch McCon-nell, el líder de la mayoría republicana, quien logró su séptima reelección en el estado de Kentucky y es un astuto y despiadado estratega.

La prueba de fuego del nuevo mandatario estará en trabajar y lograr consensos mínimos con el senado. McConnell y sus correligionarios le arruinaron a Oba-ma su segundo cuatrienio (2012-2016). Ahora bien, desde Lyndon B. Johnson (1963-1968), no había un presidente que tuviera tanta experiencia legislativa como Biden: 36 años. Y tiene fama de saber atravesar el pasillo y negociar con los...

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