La revuelta por Amanat

AutorJaime León

NUEVA DELHI.- Una estudiante de fisioterapia de 23 años fue torturada y violada por seis hombres en un autobús de transporte público la noche del pasado 16 de diciembre en esta ciudad. La joven regresaba junto con su prometido de ver la película La vida de Pi en el centro comercial Select City Walk, uno de los símbolos de la modernidad del país. Los violadores abusaron de la joven durante una hora mientras el autobús recorría la ciudad. Le introdujeron una barra metálica en la vagina. Y luego, con el camión en marcha, arrojaron a la pareja en una cuneta. La joven fue ingresada en un hospital con una grave lesión cerebral, un paro cardiaco y los pulmones y el abdomen infectados. Falleció dos semanas después.

Esta fue una de las casi 650 violaciones que se denunciaron en 2012 en Nueva Delhi. En la India, uno de los países más poblados del mundo, se perpetra un ataque de este tipo cada 20 minutos.

Lo inusual del suceso no radica en la brutalidad de la agresión sexual, sino en la respuesta de la cada vez más unida y exigente clase media urbana. No se conoce su nombre, pero la anónima joven salvajemente violada se convirtió en símbolo, en icono de la opresión y violencia que sufre la mujer india en un país patriarcal y misógino.

La tragedia de Amanat -como fue bautizada por la prensa local- detonó protestas contra la violencia hacia las mujeres en el país asiático, al tiempo que desató un terremoto político y social que podría cambiar el trato que recibe la mujer en el país.

Mientras la joven luchaba por su vida primero en un hospital de Nueva Delhi y después en Singapur, muchachas, universitarias, amas de casa, hombres y niños se manifestaban en la plaza Puerta de la India de Nueva Delhi, frente al palacio presidencial y el Parlamento. "¡No me digas cómo tengo que vestir, diles que no me violen!", rezaba una pancarta. "¡Ahorcad a los violadores!" y "¡Pena de muerte!" se leía en otras. Una exigencia repetida en las numerosas protestas callejeras que han sacudido al país desde la brutal agresión.

El padre de la víctima también pide la horca para los asesinos: "Todo el país pide que estos monstruos sean ejecutados y yo me uno a la exigencia".

Ante las protestas el gobierno reaccionó como suele hacerlo en otras regiones del país: levantó barricadas alrededor de la sede del Parlamento, desplegó un ejército de policías, prohibió las reuniones de más de cinco personas y cerró varias estaciones del metro.

Todo fue inútil. Las protestas se extendieron a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR