Los riesgos del apresuramiento

AutorOlga Pellicer

En primer lugar, el gobierno de Trump dejó claro que no es indiferente a lo que ocurre en el país fronterizo que forma parte del perímetro de seguridad de los Estados Unidos. Como exdirector de la CIA, Pompeo conoce muy bien los diversos mecanismos que desde hace años se utilizan para tener información y ejercer influencia sobre el gobierno mexicano. No necesita ser explícito para hacer sentir que Estados Unidos es un factor importante en el devenir de la vida política y económica de nuestro país; desde esa perspectiva, la visita misma fue el mensaje.

En segundo lugar, el encuentro con el presidente electo, durante el que hizo un reconocimiento a su histórico triunfo electoral, fortaleció la legitimidad interna de López Obrador y abrió aún más la puerta para que se apresuren los tiempos políticos y, a sólo dos semanas de su elección, AMLO haya comenzado a operar como presidente en funciones.

Fue interesante advertir, tanto en la visita de Pompeo a Los Pinos como en el encuentro con Luis Videgaray en la cancillería, que existe la disposición de los actuales dirigentes en México no sólo de coordinarse con el equipo que tomará posesión el 1 de diciembre, sino de pasarle abiertamente la estafeta.

En el campo de la política exterior, durante el breve encuentro con Pompeo, López Obrador entregó un documento dirigido a Trump que, según información proporcionada a la prensa, contiene las bases para mejorar la relación. Marcelo Ebrard, virtual canciller del próximo gobierno, informó que las grandes líneas del documento se referían a comercio, desarrollo, migración y seguridad. Hay versiones poco precisas sobre cuándo se dará a conocer su contenido a la opinión pública mexicana; puede ser cuando acuse recibo Trump, o cuando dé una respuesta más elaborada.

La enumeración de los ejes principales del documento, aunado a declaraciones hechas durante la campaña y en la conversación telefónica AMLO-Trump, permiten anotar que se trata de incorporar al diálogo con Estados Unidos el principio según el cual no hay solución posible al tema migratorio ni estabilidad y seguridad en México y Centroamérica si no hay cooperación para el desarrollo. Sin duda, es un señalamiento válido. El grado en que sea el punto de partida para solucionar, o siquiera aliviar, los numerosos conflictos que hoy afectan la relación entre los dos países es otra cosa.

Una mirada sobre lo que ocurre al interior de Estados Unidos en estos momentos lleva a concluir que no se dan condiciones...

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