Roberto Alcántara, el empresario consentido

AutorJorge Carrasco Araizaga

Roberto Alcántara Rojas tiene la gracia presidencial para convertirse en el empresario del sexenio. En menos de dos años de la llegada a Los Pinos de su paisano y cofrade Enrique Peña Nieto, la estructura y recursos gubernamentales puestos a su servicio lo han apuntalado como el exitoso hombre de negocios en México que ha comenzado a invertir en el extranjero.

El favoritismo para asignarle el cobro del peaje en la red carretera de Caminos y Puentes Federales (Capufe) con una licitación de fachada que pasó por encima de la normatividad le garantizó para el resto del sexenio recursos en sus nuevas aventuras económicas dentro y fuera del territorio. Con 100 millones de euros de inicio, empezó a invertir en España y se asoció a empresas de ese país con la esperanza de beneficiarse de la millonada inversión en infraestructura anunciada por Peña Nieto. El caos que se vivió en las casetas de Capufe durante la primera semana de agosto con el cambio de operador del cobro electrónico mediante el sistema Identificador Automático de Vehículos (LAVE) expuso la protección que goza en el gobierno de su amigo el presidente. Ambos forman parte del llamado Grupo Atlacomulco, del Estado de México.

La inconformidad de miles de automovilistas que a partir del 1 de agosto ya no pudieron utilizar su tarjeta IAVE también puso al descubierto la inexperiencia que Caminos y Puentes Federales pasó por alto, entre otras faltas, para declarar al consorcio que encabeza Alcántara ganador de la licitación internacional para administrar el sistema de telepeaje durante los próximos cuatro años.

A pesar de ser la oferta más cara de la licitación, Capufe le entregó a Alcántara tres contratos por 4 mil millones de pesos (mdp), una cantidad cercana al presupuesto de 4 mil 500 mdp que la Comisión Nacional de Seguridad dispuso este año para echar a andar la Gendarmería, la nueva división de la Policía Federal y gran apuesta de Peña Nieto para reducir la violencia en el país y regresar a los militares a sus cuarteles.

La suma de los contratos no sólo fue de más del doble en comparación con la oferta más barata presentada en el concurso de la licitación, de mil 600 mdp, sino que al final superó en mil millones a la presentada por el propio consorcio encabezado por Alcántara y al que Caminos y Puentes Federales declaró ganador en un cuestionado fallo el 30 de abril de este año.

De acuerdo con los contratos de la licitación, consultados en Compranet, Impulsora de Servicios Terrestres, SA de CV, propiedad de Roberto Alcántara, recibirá 3 mil 997 mdp durante el sexenio por dar el servicio de telepeaje.

Para operarlo, el consorcio ganador creó el 9 de mayo de este año la empresa Telepeaje Dinámico, en la que Alcántara colocó a dos de sus principales operadores, Rodrigo Barreda Zapién y Manuel Duran Labrador, quienes figuran prácticamente en todas las compañías donde el empresario mexiquense tiene intereses.

A diferencia de lo dicho por el director de Capufe, Benito Neme Sastre, al comparecer ante la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado el 6 de agosto último, debido al caos generado en las casetas, la nueva empresa está presidida por Roberto Salcedo Robles, otro de los hombres de confianza de Roberto Alcántara. Neme, doble compadre de Peña Nieto, les dijo a los senadores que Telepeaje Dinámico no era de Roberto Alcántara, sino de su hermano Arturo.

Bajo el...

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