Rodríguez Bucio fue crítico del uso de la milicia para tareas de seguridad pública

AutorJosé Raúl Linares

En su ensayo Retos enfrentados por las Fuerzas Armadas Mexicanas durante su participación en la estrategia de combate al narcotráfico del presidente Felipe Calderón Hinojosa, publicado por la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), escribió: "El hecho de que sólo transcurrieran 11 días entre la toma de posesión del presidente Felipe Calderón y el inicio de la Operación Conjunta Michoacán (diciembre de 2006) sugiere un sentido de urgencia, no aclarado, por iniciar acciones contra las organizaciones de narcotráfico".

También cuestionó el hecho de que la clase política mexicana no muestre gran interés por conocer a sus Fuerzas Armadas, cuyo "empleo en funciones de seguridad pública ha conducido a que se haga un empleo rutinario de ellas en lugar de que sea en casos extraordinarios".

En ese mismo ensayo, Rodríguez Bucio se pregunta: ¿cuáles fueron los principales problemas externos e internos que enfrentaron las Fuerzas Armadas Mexicanas (FAMs) con motivo de su participación en la estrategia mencionada?

Él mismo responde: "En relación con los problemas clasificados como externos a las FAMs se identificaron los siguientes: desconocimiento político de las propias FAMs y falta de respaldo legal; bajo presupuesto, el narcotráfico como problema del gobierno federal, críticas en los medios de comunicación y cuestionamientos de organizaciones internacionales".

En materia interna, añade: "Este tipo de problemas fueron los relacionados con un diagnóstico incompleto de la situación que guardaban las organizaciones de narcotráfico, descoordinación y desconfianza con otras fuerzas, necesidad urgente de inteligencia e información y falta de equipamiento táctico y tecnológico".

En otro texto publicado en 2016 en la revista del Centro de Estudios Estratégicos y Navales, donde obtuvo el doctorado en defensa y seguridad nacional, señala la debilidad de la entonces Procuraduría General de la República (PGR).

Dijo que las fuerzas armadas de los países productores y de tránsito de drogas, como México, seguirán participando en el esfuerzo por reducir la oferta, pero con altibajos en sus resultados.

Desde que se le asignó la responsabilidad de atender la problemática del narcotráfico, la PGR nunca desarrolló las capacidades que permitieran el retiro de las Fuerzas Armadas de las tareas de seguridad pública, destacó en su texto.

Caída y resurrección

Consumada en 2006 la victoria presidencial de Felipe Calderón, la guerra contra los cárteles de la droga se inició...

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