El romance secreto de Frida Kahlo en París

AutorAnne Marie Mergier

PARÍS, FRANCIA.- Es una grabación de 1979. Se oye el ligero ronroneo del motor de la grabadora. Muy amable, algo divertido, Michel Petitjean contesta las preguntas de Ruth Thorne Thomsen sobre la exposición de Frida Kahlo en París y su estadía a principios de 1939.

Petitjean, quien coordinó la muestra Mexique, concebida por André Breton -en la que el "Papa del surrealismo" presentó, ademas de 18 cuadros de Frida, fotos de Manuel Álvarez Bravo, piezas prehis-pánicas y artesanía popular-, da detalles sobre su apertura el 8 de marzo en la Ga-lerie Renou et Colle.

"La galería era un lugar íntimo de cuatro habitaciones pequeñas. Por lo general las inauguraciones se llevaban a cabo entre las seis de la tarde y las 10 de la noche. La gente pasaba y se iba, la concurrencia cambiaba constantemente. No era algo prestigioso. No era un evento mundano. Lo esencial no era juntar a 300 personas, sino tener a las 30 que contaban. Y estas personas Frida sí las tuvo. Eran amigos de la galería, amigos de los surrealistas, amigos de Charles Ratton y amigos míos. No fue un gran acontecimiento pero se vio y se valoró su obra."

Petitjean describe a Frida un tanto "desprendida" durante la inauguración. Dice:

No era el tipo de artista que ansiaba mostrar su obra ni hablar de ella. Se veia relamente muy despegada de su obra...

A pedido de Ruth Thorne Thomsen, habla de los artistas que frecuenta Frida en París. Alude a sus relaciones difíciles con Breton. Recuerda su complicidad amorosa con la pintora Jacqueline Lamba, pareja de Breton, y su amistad con la fotó-grafa Dora Maar, pareja de Picasso.

Y poco a poco, como si nada, Michel Petitjean va soltando una que otra confidencia sobre su relación con Frida. Lo hace con suma discreción e infinito placer.

Primero dice:

Muy pronto eso se convirtió en un pequeño romance...

Cambia de tema y precisa:

Fue un episodio muy bello... por su intensidad e inclusive por sus límites...

En otro momento, sin que Ruth le pregunte nada, revela:

Fue una gran pasión, una pasión que nació el día en que cayó Barcelona (El 26 de enero de 1939, 90 mil soldados franquistas ocupan la capital catalana)... Estábamos cenando en casa de Marie Laure y al final de la velada me enteré por radio de la caída de Barcelona... Lloramos tanto... (La voz de Petitjean se torna ligeramente nostálgica)... Lloramos tanto... que finalmente pasamos la noche juntos... llorando... (Petitjean arriesga una risa tímida)... Así fue... En el Hotel Regina... Fue bello... Muy bello... Algo muy en la línea de Bretón... en la línea de L'AmourFou de Bretón...

Cada vez más feliz, recuerda:

Nuestra amiga Mary Reynolds (Pareja de Marcel Duchamp) me prestó su casa. Me dijo: 'Ya no los quiero ver así... Vete a vivir a mi casa con Frida... Yo me voy a donde sea. Al hotel... No importa'. ¡Existían tan bellos sentimientos en esa época!

Es obvio que Michel Petitjean se muere de ganas de seguir hablando de su relación con Frida, pero Ruth no le da cuerda. Esa renombrada fotógrafa estadunidense se nota algo tensa, y no es para menos. En realidad hace esa entrevista con Petitjean a solicitud de su amiga Nancy Deffebach, historiadora de arte norteamericana imposibilitada de viajar a París.

Deffebach es una de las primeras académicas en interesarse en la pintora mexicana, a la que dedica dos libros: Precolombinan symbolism in the art of Frida Kahlo (1991) y Maria Izquierdo and Frida Kahlo, challenging visions ofmodern mexican art (2015), publicados por la Universidad de Texas.

Ruth tiene una lista de preguntas que le entregó Nancy y se apega escrupulosamente a ella durante las dos entrevistas que sostiene con Michel Petitjean, a mediados y a finales de 1979. En ambas oportunidades éste evoca su intimidad con Frida, pero la fotógrafa no percibe la importancia de sus confidencias o no se atreve a apartarse de su cuestionario.

Marc Petitjean, reconocido documentalista, hijo se Maichel Petitjean, confía a la corresponsal:

"Descubrí estas grabaciones hace dos años. Oír la voz de mi padre hablando así de Frida Kahlo me conmovió al tiempo que me dejó totalmente atónito. Mi padre nunca hizo la mínima...

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