Rosario Piedra y el lastre de su cercanía con el poder

AutorGloria Leticia Díaz

Envuelta en el escándalo desde su designación por el Senado como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra se acerca al año de su gestión con una notoria incapacidad para despojarse de su cercanía con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al que constitucionalmente está obligada a someter a escrutinio.

Renuncias de consejeros del organismo, acusaciones por despidos injustificados incluso durante la pandemia, acoso laboral, contrataciones de personajes involucrados en agresiones a mujeres y presunta corrupción, así como los tibios señalamientos sobre violaciones a derechos humanos y escasa productividad en recomendaciones a instancias gubernamentales, entre otros señalamientos, fueron coronadas con la toma de las oficinas de la CNDH en la calle de Cuba 60, en el centro de la Ciudad de México, por una expresión del movimiento feminista, cuyas integrantes habían sido tachadas de "terroristas" por Piedra Ibarra durante las movilizaciones para exigir verdad y justicia en casos de feminicidio, durante el primer trimestre del año.

Previo a la ocupación de las instalaciones, adonde Piedra había mudado sus oficinas, originalmente asignadas en San Jerónimo, las renuncias de los directores de las visitadurías primera y sexta, José Martínez Cruz y Edgard Sánchez Ramírez, compañeros de Rosario Ibarra de Piedra en la lucha por la presentación de los desaparecidos de la Guerra Sucia -y que la postularon a la presidencia de la República en 1982 y 1988 por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT)-, acabaron por exhibir la falta de independencia del organismo frente al poder presidencial.

El apego a la "austeridad republicana" se ha convertido en el mayor avance del organismo con la entrega de 100 millones de pesos al gobierno de López Obrador, producto de recortes presupuestales y de personal, para ser destinados a la atención de la pandemia de covid-19.

Sin embargo, en materia de recomendaciones por violaciones a derechos humanos, la actuación de Piedra Ibarra ha sido pobre si se compara con su antecesor, Luis Raúl González Pérez. Hasta el cierre de esta edición, la ombudsperson sólo había emitido 35 recomendaciones, cinco de ellas por violaciones graves y una general, mientras que González Pérez en sus últimos 11 meses remitió 114 a diversas autoridades.

La "traición"

Sánchez Ramírez, quien fuera aliado histórico de Rosario Ibarra en la fundación del Comité Eureka, explica en entrevista con Proceso las razones por las que él y José Martínez dejaron sus cargos.

"Sí hay una decepción de mi parte. El...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR