De Ruiz Cortines a López Mateos: Una sucesión entre "fintas e insinuaciones"

AutorJulio Scherer García

Gilberto Flores Muñoz, personaje de la sucesión presidencial que culminó con la postulación de Adolfo López Mateos en tiempos de Ruiz Cortines, se convirtió ayer en el primer político mexicano que se atreve a hablar de ese mundo en que se hilan las madejas del destapamien-to sexenal.

Acerca del carácter del presidente de la República, de su vinculación con él, de las entrevistas en Palacio, del lenguaje de insinuaciones y medias palabras que ni los iniciados descifraban, pero que algunos creían entender, habló el exsecretario de Agricultura.

"Pollo", le decía Ruiz Cortines. "Gran Gilberto", lo llamaba Antonio Carrillo Flores. Cuatro meses antes del desenlace, al rojo las pasiones, este último habría apostado su cabeza en favor de Flores Muñoz como el ungido para el sexenio 1958-64.

Dice Flores Muñoz:

"La sucesión presidencial se desenvolvió en una atmósfera de fintas e insinuaciones. El presidente Ruiz Cortines no soltó prenda, pero hizo posible que se pusiera en movimiento la imaginación de quienes pudieron creerse los llamados. En ese rincón oscuro de la política no era saludable sentirse el señalado por ciertas actitudes públicas o algunas deferencias personales del jefe de la Nación.

Ruiz Cortines no engañó a sus colaboradores. Se movió en ese terreno como nadie. Si algún ministro perdió el paso o se le nubló la vista, si interpretó alguna insinuación como indicio de que él sería, fue su culpa.

Flores Muñoz se conserva vigoroso, aunque ligeramente encorvado. Los restos de la juventud se abren paso, no obstante su aire de viejo atleta retirado. El gusto por la vida es real en su ir y venir, en su actividad nerviosa, en las risas y sonrisas que animan su cara aún redonda. Muchos temas lo mueven al buen humor a sus 68 años de edad, casi blanco y ya escaso el cabello.

Dijo:

"Hablo de la sucesión, en mi época, porque nada tengo que ocultar. El país es como es. Yo no lo inventé. La política es como es. Yo tampoco la inventé. Si se quieren llevar adelante las viriles reformas que ha planteado el presidente Echeverría respecto de la sucesión, enhorabuena. No cabe duda que es hombre decidido, porque lo que generalmente ha gustado menos a los presidentes es que se hable con franqueza de la sucesión. Un cambio será para bien de México. Es tiempo de que los precandidatos actúen frente a la opinión pública y no sólo frente al Ejecutivo. Magna tarea les espera a los partidos y a los órganos de información si se persevera en este duro camino.

Como político viví la vida lo mejor que pude. Ahora trabajo en mi rancho de sol a sol. Cultivo a mis amigos, como cultivo el campo. De la tierra y de mis afectos extraigo las mejores enseñanzas posibles. No son muchos sesenta y ocho años, si la vida es cálida por dentro. Y la mía lo es.

Un solo pontífice, una sola Iglesia

Dice Flores Muñoz, de Ruiz Cortines:

En su tiempo no hubo más pontífice que él ni más iglesia que la suya. Ofició a solas y resolvió a solas. En definitiva, nadie supo por qué fue el licenciado Adolfo López Mateos, como en definitiva nadie supo por qué no fue el doctor Morones Prieto. En cuanto a mí, tengo mi propia interpretación. Yo era muy bronco, hombre radical. No encajaba en el estilo paciente y elaborado del presidente, gran jugador de dominó, ajedrecista de la política. Me decía 'Pollo' y me trataba de tú. Pero también decía: 'Es un...

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