"Nos sacaron del poder por nuestras cualidades, no por los defectos"

AutorHernán Gómez Bruera

BUENOS AIRES.- Al Hotel Emperador, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ha llegado Dilma Rousseff, junto a una treintena de líderes progresistas latinoamericanos que se han dado cita en el recientemente conformado Grupo de Puebla, el cual reúne a diversas figuras de la izquierda democrática en la región, incluyendo a algunos mexicanos.

La expresidenta, depuesta vía un juicio político en agosto de 2016 cuando transcurría su segundo mandato, está de fiesta al momento de la conversación. Igualmente lo están otros militantes del Partido de los Trabajadores que celebran en Brasil la reciente liberación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Rousseff habla de la historia del exobrero metalúrgico y explica de qué manera operan las estrategias de "lawfair" (o guerras jurídicas) que, a su juicio, se vienen utilizando contra varios líderes y partidos progresistas en Brasil y otros países de América Latina.

En esta entrevista, la mujer que sucedió a Lula en el poder critica duramente al actual presidente brasileño, Jair Bolsona-ro, y explica las razones de su llegada al poder como parte de un fenómeno neofascista similar al que se ha vivido en Europa y Estados Unidos.

-Lula fue liberado ayer después de 581 días de prisión. ¿Qué significado tiene esto para Brasil y para América Latina?

-Lula representa dos rasgos muy importantes de la lucha política en América Latina. Por un lado, una clara manifestación de la importancia de la democracia en los procesos de transformación. En Brasil, al igual que en Argentina, Uruguay o Chile, tuvimos la drástica experiencia de las dictaduras militares. Por eso para nosotros la democracia siempre ha sido un valor central. Lula, en ese sentido, representa la lucha contra los estados de excepción que han corroído la democracia en nuestra región.

"Pero también representa la lucha contra el neoliberalismo y la posibilidad de otro modelo de desarrollo. No se trata de una simple alternativa teórica o discursiva, sino de una práctica concreta que de forma clara asumió un compromiso con la inclusión social y el combate a la desigualdad. No hay que olvidar que nosotros logramos impulsar un programa antineoliberal y probamos que es posible crecer, incluir y generar desarrollo.

"El gobierno de Lula descubrió una de las mayores reservas de petróleo de occidente de los últimos años, el Presal. Su administración se caracterizó también por una fuerte preocupación social. Desarrolló una importante política de vivienda, llevó la salud básica a 63 millones de personas y modificó la manera en la que se ejercía el presupuesto en Brasil.

"Demostró que otra relación internacional es posible. Nos enseñó la importancia de mirar a América Latina, y no fingir que un país como Brasil puede ser ajeno a sus vecinos. Mirar hacia América Latina es establecer una relación de integración y de fraternidad. Para nosotros también fue importante priorizar África y darle importancia a los BRICS, un bloque conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Eso, para un país que estaba condenado a ser el patio trasero de Estados Unidos, resulta imperdonable.

"Lula representa esto y más. Pero, sobre todo, representa al pueblo brasileño. Su representación es simbólica porque al pueblo brasileño le gusta ganar y Lula es un ganador. Es alguien que salió del seno del pueblo brasileño. Y no ganó una sola vez. Por eso tiene un importante poder político simbólico: porque es un generador de autoestima. Lula representa la esperanza, la capacidad de un pueblo de luchar. Por todo ello es tan importante que...

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