Saldos del proceso electoral

AutorJesús Cantú

En términos de porcentaje de participación con respecto a la lista nominal de electores, la afluencia a las urnas fue muy similar a la de las últimas tres elecciones presidenciales: en 2000 fue de 63.92% de la lista nominal; en 2006, 58.55%; en 2012, 63.08, y en esta elección, 63.42. Como puede observarse, fue medio punto porcentual menos que la más elevada, la de 2000, y casi cinco puntos más que la menos concurrida, en 2006.

En general se vivieron los mismos contratiempos de elecciones presidenciales anteriores: ausencias menores de ciudadanos designados como funcionarios de mesa directiva de casillas; la no instalación de una decena de casillas de un total de 156 mil 808; demoras en la apertura de las mismas, lo que motivaba la irritación de los electores, que hacían largas filas desde las ocho de la mañana; la diferencia entre la oferta de boletas y la afluencia de votantes en las casillas especiales; la intromisión de agentes externos en los procesos (gobiernos federal, estatales y municipales y grupos empresariales o sus personeros) con todo tipo de acciones para intentar manipular el voto ciudadano, a través de la compra y coacción del sufragio y la guerra sucia, presente particularmente en las redes sociales.

Nuevamente, como ha sucedido desde 1997 (tras la reforma electoral de 1996 que constitucionalizó la ciudadanización de las autoridades electorales administrativas), las elecciones cerradas de los titulares de los Ejecutivos federal y estatales son controvertidas. La lista al respecto incluye algunas anulaciones, como las de gobernador en Tabasco y dos veces en Colima; otras, en las que prevalece la percepción de un fraude, como la elección presidencial de 2006 y los comicios de gobernador en Coahuila el año pasado; y así sucede en esta ocasión con la elección de gobernador en Puebla.

Este último caso es la evidencia más clara de que nada ha cambiado: la elección presidencial y de ocho ejecutivos de las entidades federativas transcurren sin contratiempos y con actores políticos ejemplares; pero -en la misma jornada- la única resuelta por menos de cinco puntos porcentuales de diferencia, de acuerdo a los cómputos oficiales, sí es controvertida.

Pero también hubo algunos fenómenos nuevos sobre los que bien vale la pena reparar. El más preocupante es el efecto no considerado de los retrasos en los conteos en las casillas de la combinación de dos elementos que se introdujeron en la reforma electoral de 2007: la nueva presentación de...

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