Salto mortal, sin red de protección

AutorJenaro Villamil

La reforma constitucional en materia energética "es una apuesta muy alta" donde "no hay marcha atrás". Si los supuestos resultados benéficos no se sienten en el bolsillo de los mexicanos vía gasolina y electricidad más baratas, "la frustración social podría revertir cualquier resultado positivo en la macroeconomía, si éste llegara a darse", advierte Dulce María Sauri Riancho, exdirigente nacional del PRI. Legisladora de varias batallas históricas -como la aprobación de la Ley Televisa en 2006-, exgobernadora interina de Yucatán y exfuncionaria de la Secretaría de Programación y Presupuesto, Sauri es más contundente en la valoración del riesgo adoptado: "Si las cosas no funcionan como se prevé, no habrá manera de revertir la situación. No hay red de seguridad que atempere o suavice la caída".

Radicada en Yucatán, donde estudia un posgrado en historia, Sauri coincide en que esta reforma es la culminación de otro modelo de Estado, "no sólo más pequeño sino más débil frente a los poderes fácticos que se imponen mediante la corrupción y el amedrentamiento".

Compara la bonanza petrolera de los ochenta, cuando José López Portillo llamó a "administrar la abundancia" y se generó una de las crisis económicas más agudas del país.

"Los sueños de riqueza petrolera han solido ser breves. Fue corta la ilusión de la abundancia (no más de tres años) durante el gobierno de José López Portillo. Sin embargo, los recursos extraordinarios provenientes del petróleo caro de esos años se destinaron a la creación de programas de combate a la pobreza (como el Coplamar) o de solución al problema alimentario, como el SAM (Sistema Alimentario Mexicano).

"La similitud entre 1980 y la reforma energética de 2013 sólo se encuentra en el terreno de las expectativas desbocadas del gobierno, que intenta convencer a la población de la extraordinaria oportunidad que se abre ante ellos.

"La frase presidencial invitando a 'administrar la abundancia' todavía nos persigue como parte de un pasado que no debemos olvidar. Espero que los slogans publicitarios de ahora -'bajará el precio de la luz y también del gas', 'se crearán millones de empleos'- no tengan en el futuro el mismo triste destino en la memoria colectiva y en la vida de millones de mexicanos", advierte.

Sauri también es irónica a la hora de describir el maltrato a Pemex y a la CFE, que pasan a ser ahora "empresas productivas del Estado" y deberán competir con las trasnacionales extranjeras, como Exxon, Shell, Chevron y otras. Las compara con un viejo pugilista, en metáfora boxística.

"Después de años de saqueo fiscal y debilidad financiera, la empresa petrolera será como el flaco y añoso boxeador que sube al cuadrilátero con el joven y vigoroso atleta cuya única...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR