San Cadilla

100 PA'L KILO

Aun y cuando sea Tigres un equipo de élite, porque lo es, porque siempre está arriba, porque siempre está en Finales, porque es el más protagonista en los últimos años y el que más títulos lleva en esta década, aun y con todo eso... a los Tigres -señoras, señores- a los Tigres les faltan 100 gramos pa'l kilo.

Tigres aún no sabe ser un equipo ganador como debería serlo. Ha hecho mucho para los pocos títulos que se ven registrados, o mejor dicho, no sabe apretar cuando debe hacerlo. Es eso: le faltan 100 gramos pa'l kilo.

Llegó como un tren que arrasaba con todo lo que se le ponía en frente, pero al momento bueno, en el de vuelta, pareció como un Ferrari que perdió la carrera con un auto de menor potencia, pero mayor velocidad.

El partido de ayer confirmó que a este equipo hay que enseñarle a ser más fuerte en momentos apremiantes, más frío, más pensante cuando se ve abajo en el marcador... y sobre todo de visita.

Con el 2-0 se cayó, con el 2-0 comenzó a tirar patadas, con el 2-0 varios de sus jugadores perdieron la cabeza, con el 2-0 se les nubló la mente, con el 2-0 se equivocó peleándose con los rivales, perdiendo el tiempo que al final les hizo falta.

Este Tigres es muy bueno, pero -insisto- a este Tigres le faltan 100 gramos pa'l kilo.

EL PENAL

Los aficionados Tigres, más algunos jugadores, están culpando al silbante Luis Enrique Santander por no haber pitado un penal clarísimo, tan claro que ni el más antitigre lo puede negar.

(Bueno, sí hay enfermos que sí lo hacen, pero son pocos).

Cierto, el penal fue más claro que la corrupción del Gobierno de Rodrigo Medina, sí, fue clarísimo y debió marcarse, hecho que hubiera cambiado el rumbo... tal vez.

Tan fue, que el propio Jair Pereira declaró: "Sí, lo alcanzo a cruzar. Él patea y sí me lo llevo, puede ser contacto, pero no fue penal porque no se marcó", admitió el defensor Chiva al más puro estilo de Jorge Campos.

Pero no, no nos confundamos. Si Tigres no ganó no fue por ese penal que el árbitro erróneamente dejó de marcar.

Si Tigres no ganó la Final fue porque no supo ganarla, porque Chivas lo nulificó, porque Matías Almeyda supo jugarle, supo anularlo, supo contrarrestar esa locomotora que venía siendo.

Chivas es un merecido campeón. Chivas jugó como tenía que jugar si quería ganarle. Jugó a anular puntos clave y lo hizo, tanto en la ida como en la vuelta.

Sí, insisto, sí era penal, sí debió marcarse, sí era el 2-2 (bueno, aún faltaba que lo anotaran), eso siempre quedará...

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