San Cadilla

MENTALIDAD

Si alguien aguantó candela la semana pasada, con críticas, burlas, señalamientos y memes -con Sebastián Rulli y toda la cosa- fue el zaguero jalisciense Néstor Araujo, quien tuvo una pésima actuación como con la Selección frente a Argentina,

El pateabalones del Celta de Vigo no sólo enfrentó la pesadilla de marcar -es un decir- a Lautaro Martínez, sino que también tuvo que hacerlo fuera de la cancha y en redes sociales.

Esas situaciones provocarían que muchos otros futbolistas se encerraran en su burbuja, se bloquearan para no escuchar o marcaran distancia con los medios.

Ese no fue el caso de "Arauyo" -así le decía Juan Cambios Osorio, no es que ande de llevado-, quien se aguantó y no rehuyó a su obligación de comparecer en una conferencia de prensa España, como le tocaba en el rol de su club.

Es verdad que después de la goleada de 4-0 que le propinó la Albiceleste al Tricolor del "Tata" Martino, en San Antonio, Araujo se tomó una semana para enfriar las ideas, meditar y salir a dar la cara, con madurez ante las opiniones sobre su actuación.

"No hice un buen partido y hubo errores groseros de mi parte", aceptó sin empacho alguno, pero sobre todo con serenidad y con rechazo a la teoría de un reportero de que el maltrato habría sido excesivo.

Está claro que Araujo no llegará a ser en la cancha como Rafael Márquez o Franco Baresi, peeero con esa actitud receptiva tiene herramientas para alcanzar los niveles de mentalidad de los mejores cracks.

Ojalá muchos de sus compañeros de profesión tomaran el ejemplo y afrontaran, sin resentimientos, los juicios a su nivel en el campo.

¡Enorme, Araujo!

OBSESIÓN

El técnico argentino Javier Torrente podrá ser capaz de descender al Real Madrid y de todos modos tendría las puertas abiertas en alguno de los chorrocientos equipos del Grupo Pachuca.

El refrito de técnicos no sólo se da en la Liga MX, pues me enteré de que los Pachucos le están echando la mano para que no se quede desempleado.

A los patrones no les bastó con la experiencia de Torrente en León, cuando le temblaron las piernitas y se le cuadró a Mauro Boselli.

En fin, como los directivos hidalguenses aman, respiran y persiguen...

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