San Cadilla
LAS SONRISAS DE ORIBE
Hace 10 años era tal vez un poco entendible, aunque no justificable.
Hoy encuentro particularmente triste la explosión de odio contra Oribe Peralta que se desató en Twitter luego de que alguien subiera una captura de pantalla en la que se ve al delantero de las Chivas, quien ya vive en el ostracismo deportivo, chacoteando de lo lindo con algunos jugadores del América después del triunfo americanista 1-0 en la Fecha 11 del Guardianes 2020.
Desde reprobaciones sencillas hasta insultos triple equis, la mayoría de quienes se metieron con Peralta (incluidos algunos ex jugadores urgidos de atención) adoptaron esa clásica postura de que al enemigo no se le voltea ni a ver después de un clásico, como decepcionados de que El "Cepillo" no se le fuera a los golpes a los jugadores con los que compartió vestidor durante varios años y que nada tuvieron que ver con su partida de Coapa.
Todos querían que Oribe, quien hoy no tiene prácticamente ningún papel en el Guadalajara, se fuera llorando al vestidor luego de la derrota.
Dotación aparte de insultos se llevó el joven Sebastián Córdova, quien se aprecia en las imágenes viralizadas con un jersey del Rebaño alrededor de su cuello, también sonriendo.
Al chavo casi lo echan a la hoguera por intercambiar el jersey en el Clásico, como si Sergio Ramos o Leo Messi nunca lo hicieran.
Cómo habrá estado la ola de malvibrosidad que el propio "Cepillo" (seguramente obligado por las circunstancias) publicó una "justificación" apenas unos minutos después de que se desatara la ola de odio por la imagen viralizada que muchos agarraron para pegarle más.
Tengo la sospecha de que la mayoría de esa gente que esparció su odio en Twitter es la misma que hoy se anda paseando por las ciudades sin usar tapaboca, que se lanza a los parques sin empacho, que se mete con toda su familia a las tiendas de autoservicio, que arma fiestas desde mediados de mayo y que cree que el Covid-19 es un invento...
La mayoría de esa gente no entiende parte del gran mensaje que ha traído consigo la pandemia y ese mensaje se resume en una sola palabra: EMPATÍA.
Quienes estuvimos encerrados más de 3 meses, lejos de nuestras familias, de nuestros amigos y hasta de nuestros enemigos y que tuvimos la fortuna de librar la parte más cañona de la pandemia sin pérdidas, hoy agradecemos poder volver a salir, volver a ver a la cara (aunque sea a media cara) a todas las personas a las que...
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