Aristóteles Sandoval, envuelto en la intriga

AutorRicardo Ravelo

El próximo 2 de enero el Comité Ejecutivo Nacional del PRI abrirá el proceso de selección del candidato al gobierno de Jalisco, y la lista de aspirantes es encabezada por el presidente municipal de Guadalajara, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, quien ha dicho que en la segunda quincena de diciembre, después de rendir su segundo informe de gobierno, decidirá su futuro político.

Sandoval Díaz ha construido una carrera política en corto tiempo: antes de ser alcalde de Guadalajara fue activista del PRI y diputado local, pero su historia no está desligada de escándalos que lo mismo lo vinculan con operadores del cártel de Sinaloa que con redes dedicadas al comercio de drogas con el apoyo de la policía municipal.

El primer escándalo que enfrentó ocurrió el 21 de febrero de 2005. Ese día Ignacio Loya Alatorre, identificado por la Procuraduría General de la República (PGR) como operador financiero de Ignacio Coronel -capo del cártel de Sinaloa afincado en Guadalajara y quien murió en un enfrentamiento con la Marina el 30 de julio de 2010-, acudió al estadio Jalisco a ver un partido de futbol.

Horas antes, Loya Alatorre le había pedido a su chofer, Sergio Ocegueda García, que fuera al banco a realizar varios depósitos en efectivo. Luego le dijo:

-Te encargo esos depósitos. Son urgentes, es una orden del patrón.

-Sí, señor -contestó el chofer de Loya.

Loya Alatorre entró al estadio Jalisco, se acomodó en un palco de lujo y, mientras veía el partido entre las Chivas y el Monterrey, realizó varias llamadas con su teléfono celular.

Al finalizar el partido, permaneció sentado en el palco. Salió cuando el estadio comenzó a vaciarse. Tras cruzar la puerta caminó unos metros y de manera intempestiva fue acribillado. Una ráfaga de balas le atravesó el cuerpo. Su muerte fue fulminante.

El caso pronto cobró una relevancia aún mayor cuando la Procuraduría General de Justicia de Jalisco y la PGR comenzaron las investigaciones para identificar al personaje. Horas después, Sergio Ocegueda, chofer de Loya Alatorre, acudió al lugar de los hechos y reconoció a su jefe, cuyo cuerpo estaba tirado en un charco de sangre.

La procuraduría de Jalisco aseguró las pertenencias de Loya Alatorre: una libreta y su teléfono celular. Las indagaciones confirmaron que la libreta de apuntes era una narconómina, en la que estaban anotados los nombres de decenas de personas. También se acreditó que la última llamada que hizo Loya desde el estadio fue al entonces diputado local Jorge Aristóteles Sandoval, con quien tenía amistad.

Tras conocerse el vínculo de Loya Alatorre con el actual alcalde de Guadalajara, éste negó tener alguna relación con él y que recibiera dinero del sujeto, identificado como operador financiero de Ignacio Coronel. Posteriormente aceptó que eran amigos.

Sin...

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