Un sangriento "error" de la Gendarmería

AutorJorge Carrasco Araizaga y Patricia Dávila

La creación policial del presidente Enrique Peña Nieto, la División de Gendarmería, está en el centro de las investigaciones por los disparos de la Policía Federal (PF) en el enfrentamiento con civiles el pasado domingo 19 en Nochixtlán, Oaxaca.

En el frustrado operativo para desalojar la carretera Oaxaca-Cuacnopalan, a la altura del municipio Asunción de Nochixtlán, en la Mixteca, participaron tres divisiones de la PF: la de Seguridad Regional, Fuerzas Federales y Gendarmería.

Policías federales que participaron en esa acción aseguran que fueron efectivos de la Gendarmería quienes dispararon sus armas de cargo cuando escucharon detonaciones provenientes de la multitud que llegó a apoyar a los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que tenían tomada la carretera.

“Fue un error táctico” de la Gendarmería responder de esa manera, consideran efectivos de la corporación que hablaron con Proceso a condición de no publicar sus nombres. Esa división está a cargo del comisario Manelich Castilla Craviotto, cercano al presidente Peña Nieto, quien lo restituyó como mando en la corporación.

Enrique Galindo Ceballos, comisionado general de la PF, explica a este semanario que en el operativo participaron esas tres divisiones. La mayoría pertenecían a Fuerzas Federales y a la Gendarmería, y los demás a Seguridad Regional, quienes fueron “los que inician el protocolo de diálogo en el desalojo”. Éstos son quienes están permanentemente destacados en el estado y su cuartel fue destruido el domingo 19, después del motín.

Las Fuerzas Federales y la Gendarmería participaron en el operativo de desalojo con cerca de 400 efectivos, que llegaron en distintos momentos al estado, según la explicación del comisionado. De acuerdo con el reglamento de la Ley de la Policía Federal, ambas divisiones tienen facultades para restablecer el orden.

Al mando del general Salvador Camacho Aguirre, las Fuerzas Federales llegaron a Oaxaca como refuerzo el jueves 16, en dos aviones de la corporación procedentes de la Ciudad de México. Ahí está su centro de mando, conocido como Contel, en la delegación Iztapalapa.

La División de Gendarmería ya estaba en Oaxaca, donde desde hace un mes la CNTE y sus simpatizantes toman carreteras en protesta contra la reforma educativa de Peña Nieto.

Esa división de la PF, creada por iniciativa presidencial, fue desplegada en Oaxaca el año pasado con motivo de las elecciones federales.

Se quedó en la entidad, aunque con menos efectivos, y de acuerdo con Galindo también tiene entrenamiento y equipo para contener disturbios en los desalojos.

En entrevista telefónica, el viernes 24, el comisionado Galindo sostuvo que el día de los hechos, después de un primer momento en que la división de Seguridad Regional había contenido a los profesores de la CNTE y despejado casi toda la carretera, llegó un numeroso grupo de civiles: unos 2 mil, según estimaciones oficiales: “Se desahogó casi toda la carretera. Se logró contener durante casi dos horas y después de eso llegó gente extraña al movimiento, ya con cohetones, incluso con aspecto...

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