El secretario fantasma

AutorSantiago Igartúa

La administración de Enrique Peña Nieto ha subordinado la educación en México a sus intereses políticos. Prueba de ello ha sido la gestión de Emilio Chuayffet al frente de la Secretaría de Educación Pública, labor marcada por la ausencia del funcionario y su desentendimiento de los asuntos más relevantes en la materia.

Chuayffet fue elegido para dirigir el embate político contra Elba Esther Gordi-llo y "retomar la rectoría" del Estado sobre la educación. Acusada de delincuencia organizada y de realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita, la maestra fue detenida el mismo día que se promulgó la reforma educativa.

En su lugar, el gobierno impuso a Juan Díaz de la Torre, hasta entonces mano derecha de Gordillo en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), a pesar de que las autoridades conocían la complicidad de éste en el desvío de recursos del magisterio: era responsable del manejo de las mismas cuentas bancarias que probaron la culpabilidad de la profesora. Con esa medida se logró subyugar al sindicato que se había declarado en resistencia contra la mencionada reforma constitucional, dictada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y conforme a los intereses de los hombres más ricos del país -representados por la organización Mexicanos Primero (Proceso 1923).

A partir de entonces, el secretario desapareció de los temas relevantes del sector. Criticado por gran parte de la academia, del magisterio y de los movimientos sociales, se limitó a hacer declaraciones públicas y a asistir a los actos protocolarios.

Operada por la Secretaría de Gobernación (Segob), la instauración de la reforma educativa -esencialmente de corte administrativo-laboral- arrasó con varias de las conquistas laborales del magisterio, pero no tuvo incidencia en las aulas. Ni siquiera ha entrado en funcionamiento en todo el país.

Durante más de un año, los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) buscaron reunirse con Chuayffet, sin conseguirlo. Fue la Segob la que dirigió las negociaciones con los maestros disidentes durante los meses que permanecieron plantados en el Zócalo de la Ciudad de México, de donde, en septiembre de 2013, fueron desalojados mediante un operativo policiaco-militar para que el presidente pudiera celebrar ahí las fiestas patrias.

El censo escolar, presumido una y otra vez desde la SEP, no pudo realizarse en 10% de los planteles. Entre otros ejemplos, las evaluaciones a maestros y alumnos fueron un desastre y, sólo en 2014, se redujo en mil 800 millones de pesos el presupuesto destinado a la cultura.

En julio de 2013, Chuayffet evadió la responsabilidad de su dependencia en la publicación de más de...

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