Sexo amateur / ¡Chichifos!

¡Hola, mis hermosos lectores! Como bien saben existen mujeres que rentan sus cuerpos para subsistir, hablamos de la prostitución, pero dentro de este sector se habla poco de los hombres, a quienes se les puede llamar "amiguito", "chichifo", "escort" y "acompañante".

En la calle Hamburgo, ubicada en la Zona Rosa del País, se alcanzan a percibir hombres que ofrecen sexo a cambio de dinero.

Dentro de esta actividad que día a día crece a nivel mundial, las edades no son límite, van de los 18 hasta los 99 aproximadamente. Ofrecen su cuerpo y como el internet y redes sociales hacen que todo sea más discreto, los "casados" son los más solicitados para las citas y actividades a realizar del oficio más antiguo; los prostitutos ofrecen sus servicios por tiempo, los costos oscilan de 400 pesos lo más sencillo y barato a los 3 mil 500, en un par de horas sacan más que un trabajo remunerado, más el hotel, ya que se prefiere que sea en ese tipo de lugares por seguridad; los gigolós más exitosos son los musculosos, ya sean lampiños o velludos.

En la Alameda del centro de la CDMX los precios oscilan entre los 300 pesos, se suelen sentar en los conos de metal del paso, si te sientes cansado y decides sentarte en uno de ellos no te sorprendas que te lleguen a preguntar: ¿en cuánto está tu precio?

Pero, ¿quiénes son los prostitutos de clóset? Te apuesto que nunca habías escuchado el termino, sé que te imaginas lo que es por simple deducción, pero te cuento, resulta ser que existen personas que llevan una vida muy común en sus oficinas, trabajos y matrimonios, que se prestan con las conocidas, amigas, etc., y esperan una remuneración o favores a cambio de placer carnal.

Conocí a un compañero que andaba con uno de los jefes donde llegué a trabajar alguna vez, compañero que le llamaré en este caso "Fulanito", tenía sus hijos y esposa, un día al llegar a la oficina había un condón usado debajo del teclado de mi escritorio, la verdad nada me espanta, pero sí le dije a mi compañero: ¡mira lo que dejaron en mi escritorio!, "fulanito" corrió a quitarlo de inmediato, sin ningún cuidado lo tomó con su mano y lo echó al cesto del baño de la oficina. En cuanto llegó el jefe, en cuyo caso le llamaremos "Perenganito", no salió en todo el día y desde entonces se comportó muy serio y se ponía rojo de la cara cada día que tenía que saludar a todos en la oficina, extrañamente, mi compañero "Fulanito" obtuvo un ascenso a la quincena siguiente, a eso se le llama pago exprés en...

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