El silencio de Calderón

AutorRafael Croda y Homero Campa

BOGOTÁ.- Cuando, el martes 4, el presidente Juan Manuel Santos anunció el inicio de negociaciones formales de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), le llovieron apoyos y felicitaciones. Por ejemplo:

El presidente estadunidense Barack Obama expresó su respaldo y señaló en un comunicado que "las FARC deben acoger la oportunidad que ahora se les da para poner fin a décadas de terrorismo y narcotráfico". El primer ministro británico, David Ca-meron, calificó el anuncio como "un paso valeroso para tener una esperanza de paz después de décadas de conflicto".

La presidenta de Brasil, Dilma Rous-seff, llamó por teléfono a Santos para felicitarlo por el inicio del proceso de paz, al que consideró "un motivo de celebración en Sudamérica y el mundo".

El mandatario venezolano Hugo Chávez manifestó su disposición de acompañar "a la hermana Colombia en sus esfuerzos por lograr la paz".

Y hasta el Papa Benedicto XVI se sumó a las muestras de solidaridad y dijo esperar "que cuantos tomen parte en esa iniciativa se dejen guiar por la voluntad de perdón y reconciliación"...

El único presidente de América Latina que no llamó por teléfono a Santos ni le envió mensaje alguno de apoyo o felicitación fue Felipe Calderón, de México. Tampoco su oficina, Los Pinos, ni, como es habitual, la Secretaría de Relaciones Exteriores, emitieron comunicado alguno para fijar la posición del gobierno mexicano. El silencio fue total.

El hecho llamó la atención en los círculos políticos y académicos de Bogotá puesto que México y Colombia mantienen estrechos vínculos policiacos y militares y han suscrito convenios de cooperación en materia de seguridad, de "lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes", de "extradición", de "asistencia jurídica" y de "intercambio de información no judicializada".

También llamó la atención debido a que en diferentes ocasiones México ha apoyado y facilitado los procesos de paz en Colombia: Durante la administración del presidente Virgilio Barco (1986-1990) acompañó las negociaciones que concluyeron con la desmovilización de la guerrilla M-19. En 1992 fue sede de los llamados Diálogos de Tlaxcala entre el gobierno de César Gaviria y las FARC, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL). Y de 1998 a 2002 fue parte del grupo de los llamados Países Amigos que acompañó las negociaciones entre el gobierno de Andrés Pastrana y las FARC que se llevaron a cabo en la región del Caguán.

En el actual proceso de paz, que formalmente se iniciará en octubre próximo en Suecia, México estará ausente. Los países que acompañarán las negociaciones serán Cuba, Venezuela, Noruega y Chile.

¿Por qué el gobierno de Calderón no sólo no acompañará el proceso de paz anunciado por Santos sino que se abstuvo de expresar su apoyo?

Fuentes...

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