Simulacro bien movido

Las sirenas hicieron que un convoy de vehículos de bomberos se abriera paso entre las calles del Centro Histórico; tractocamiones, camionetas y carros bomba hicieron una entrada por la Avenida 20 de Noviembre mientras la gente se llenaba de incertidumbre.

La alerta sísmica tenía un par de minutos que había dejado de sonar. Afuera del Antiguo Palacio del Ayuntamiento cientos de personas que habían sido desalojadas esperaban la orden para regresar a sus trabajos.

Pero la llegada de los vulcanos paralizó a mucha gente. El sonido de las sirenas y los gritos dando órdenes generaba confusión entre hombres mujeres y niños.

Un total de 40 bomberos se desplegaron en una esquina de la plancha del Zócalo.

Ahí se habían colocado dos casas de concreto en las que permanecían atrapadas personas, como parte del simulacro por los 31 años del terremoto de 1985 que devastó la Ciudad de México.

Bomberos pintaron con aerosol en las paredes un triángulo estratégico.

Con el ruido de las sierras eléctricas y rotomartillos se dio inicio a la búsqueda de los lesionados; una columna de polvo inundó el área.

Fueron menos de 10 minutos lo que tardaron los vulcanos en abrir el concreto e ingresar a la casa.

Cuando parecía que todo había pasado, un grito de auxilio volvió a encender las sirenas y los focos rojos. En el último piso del Palacio del Ayuntamiento un corto circuito ficticio desató un incendio; una persona permanecía en el balcón.

Dos camiones ingresaron, los policías replegaron a las personas para abrir...

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