La sobrina sin remedio / Me cae la de árabe

Un día, en Budapest, yo llegué puntual a la locación en la que me habían citado para grabar una escena, era la 1 pm, cuando estaba por tomar el ascensor salió una chica muy guapa y me sorprendió porque se alegró de verme y me dijo "ah, te estaba esperando, sube a mi departamento, ahorita regreso", pero mi respuesta no fue tan rápida, creí que me estaba confundiendo con otra persona y se lo pregunté, entonces entendió que sí era algo rara la situación y se presentó como la maquillista de la producción, jajaja ya me había ilusionado, porque creí que me estaba coqueteando, ¡qué ingenua soy!

Ya en el departamento, me encontré con un camarógrafo conocido porque lo he visto en otras producciones y con Antonio, el actor, quien es un chico que se preocupa mucho por su vestimenta, pero no por su físico, tenía ropa de marca y, ya saben, reloj de no se cuántos miles de dólares, sus zapatitos de Louis Vuitton y bien acicalado, cada vello de su cabeza recortadito, la barba y las cejas bien delineaditas, entonces pensé "este chico como que no es del todo actor", no sé, no me dio la impresión de un verdadero actor. Ya cuando se presenta y lo escucho hablar el acento lo delató, más adelante lo confirmo, él es un adinerado árabe o más específico un saudita, porque es de Arabia Saudita. Bueno, él no tiene ni la condición ni las aptitudes de un actor porno y, lo digo en buena onda, vaya porque esta foto que ven aquí, no saben cuántas veces la tomó el camarógrafo para que saliera bien, jajaja, además, no aguantaba mis 45 kilos de sabrosura, pero bueno me imagino que es su sueño y tiene dinero para despilfarrar a diestra y siniestra, así que me alegro porque hace lo que a él le gusta.

Después de que él escogió mi ropa muy veraneada: un chiqui-short de mezclilla, una blusa de holanes con los hombros descubiertos y mis lindos zapatitos verdes, llegó la maquillista al departamento con su gran maleta. Mientras me maquillaba, me platicó que ella es actriz porno canadiense y que también tiene que viajar mucho por que en su país no hay industria, igual que en México, así fue como conoció a Antonio y le estaba haciendo el favor de arreglarme con lo que ella tenía a la mano, de haber sabido pude haber llevado mis propios cosméticos para arreglarme yo de la forma más bonita, porque a veces uno conoce los colores que más le favorecen y que se vea lo más natural posible.

Una vez que ya estaba lista, comenzamos a trabajar, pero como esta escena no es profesional (es decir...

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