La sobrina sin remedio / La cosmetóloga

Pues qué les cuento!!!! Que ya salió una nueva escena de las que grabé en mi reciente viaje a Europa y estoy súper feliz. Esta ocasión grabé para la productora CzechVR.com, una compañía que graba Realidad Virtual, ¿recuerdan que les comenté que es muy laborioso grabar este tipo de escenas?, es decir, son un tanto complicadas, ya que la cámara para grabar realidad virtual tiene que ajustarse a la altura de la cara del actor para que concuerde todo el resto del cuerpo, que sí se logra apreciar en el vídeo, o sea lo único que nunca se ve es la cara de el actor, ya que la cámara tiene dos lentes que simulan los ojos y dos micrófonos sustituyen los oídos para que así al momento en que tú utilices tus gafas de realidad virtual puedas escuchar, ver y sentir como si tú estuvieras ahí, cogiendo con la actriz de esa escena.

Tuve la oportunidad de compartir escena con Ginebra Bellucci, una chica española súper agradable o como dicen ellos muy maja, con una cara dulce y unas deliciosas tetas suavecitas, que por cierto cada que tenía oportunidad pasaba a succionárselas bien rico, jajjaja; Ludek era el actor y yo ya había trabajado antes con él, así que recordé su lindo trato hacía a mí, su forma de ser que es muy callado, y su enorme y deliciosaaaaa veeerrggaaa, ay no! "Cállate los ojos" jajjaja.

Cuando este Ludek llegó, me emocioné porque sabía que sería una buena escena, además como soy una golosa obviamente sabía que iba a poder disfrutar de su herramienta fuera de cámaras y así fue! La historia trataba en que el Ludek era mi esposo y yo contrataba una cosmetóloga que en este caso era Ginebra, para que me hiciera una exfoliación facial y así, ya saben cosas de chicas, pero nada tonta la cosmetóloga, ya que al untarme la mascarilla y taparme los ojos para que me relajara, esta aprovecho la situación y empezó a coquetearle a mi esposo, mientras yo estaba sentada a un lado de ellos conversando con ella, y ella me contestaba como si nada pasara!, tantos eran los sonidos raros que hacían entre ellos dos, que mi imaginación no tardó en pensar cosas malas, así que me quité la venda de los ojos y vi a mi esposo y a la cosmetóloga en plena acción, no podía creer lo que estaba pasando, mi reacción fue reclamarle a él, vaya me enojé muchísimo pero me salí indignada de la habitación.

Después de un rato y de vestirme más sexy, regresé con ellos y confronté a mi esposo: "ándale, no que muy machito, vamos a ver si...

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