Cuando los soldados se suicidan...

AutorGloria Leticia Díaz

La tarde del 24 de julio de este año, internos del dormitorio 18-A de la prisión del Campo Militar Número Uno fueron testigos de una escena macabra: sobre uno de los escusados colgaba el cuerpo inerte del soldado de infantería José Enrique Mota Solano.

El militar, de 31 años, ató a su cuello una cuerda de plástico que sujetó a los barrotes de una ventana, se introdujo una playera en la boca, se subió al depósito de agua del inodoro y saltó.

Mota Solano formaba parte de las tropas que combaten al narcotráfico. Llegó a la prisión militar en marzo de este año, procesado por el delito de abandono de servicio y robo de su arma de cargo.

Los prisioneros que lo conocieron recuerdan que entró en el penal con la idea de que estaría unos cuantos meses, pero empezó a deprimirse cuando se enteró de que podría permanecer encerrado hasta siete años. Aquel 24 de julio, el soldado de infantería recibió la visita de su mujer, con la que al parecer discutió. Sus allegados suponen que el motivo fue el dinero, ya que aun antes de recibir sentencia los soldados son castigados con la reducción de hasta 90% de sus ingresos mensuales.

Cuando terminó la visita familiar, alrededor de las 17:30 horas, José Enrique se despidió de sus compañeros y se dirigió a su cuadra, como le dicen los soldados a los dormitorios. Ya no salió vivo de ahí.

Aproximadamente hora y media después, su cadáver fue descubierto, pero se quedó colgando sobre el escusado de la cuadra hasta pasadas las nueve de la noche.

A su modo, Mota Solano cumplió un objetivo que varios militares presos no han alcanzado por "fallas técnicas". Se convirtió en el más reciente de los 82 miembros del Ejército que se han suicidado durante la presidencia de Felipe Calderón. En el mismo periodo lo han hecho 14 efectivos de la Marina.

El pasado 4 de agosto, Proceso solicitó mediante la Ley de Transparencia a las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar) información sobre los miembros de las Fuerzas Armadas que se quitaron la vida desde 2006.

Guilherme Borges -especialista en Investigaciones Epidemiológicas y Psicoso-ciales del Instituto Nacional de Psiquiatría (INP) Juan Ramón de la Fuente- destaca que hechos de violencia como los que se viven hoy en México "tienen repercusiones en la salud mental de la gente y se puede inferir que van a tenerlas sobre la conducta suicida, como sobre la depresión y el estrés postraumático".

El también integrante de la Fundación Americana para Prevenir el Suicidio dijo en entrevista que si bien no hay estudios recientes sobre el fenómeno del suicidio entre...

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