La sombra del tío Arturo

AutorJenaro Villamil

Dehesa murió el 2 de septiembre de 2010 y el político mexi-quense nunca fue procesado. El gobierno de Enrique Peña Nieto acabó por exonerarlo a finales de 2006: la Fiscalía Especial que llevaba su caso por los delitos de peculado, enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias no encontró elementos para ejercitar acción penal en su contra. Desde el término de su mandato, éste mantuvo un papel cercano al del autoexiliado. Durante un tiempo estuvo en Francia. No apareció en actos públicos, salvo en algún funeral o boda de la clase política y empresarial mexiquenses. Se divorció de la francesa naturalizada mexicana Maude Versini, rehizo su vida privada con la periodista Norma Meraz y en 2011 tuvo una función determinante, tras bambalinas, en la designación de su amigo y alcalde de Ecatepec, Eruviel Ávila, como candidato priista a la gubernatura de su entidad.

A pesar de esta condición de autoexpatriado Montiel dejó su impronta en el gobierno de Enrique Peña Nieto. Los cargos más importantes en el sexenio de éste tenían su origen en el de su antecesor.

Luis Enrique Miranda Nava, secretario de Gobierno, fue titular de Administración en el periodo 1999-2005 y se convirtió en el gobernador de facto durante el periodo de Peña Nieto; Luis Videgaray repitió en la Secretaría de Finanzas, creció políticamente hasta convertirse en el hombre de mayor confianza del candidato presidencial priista; Alejandro Hinojosa Velasco, a cargo de la Contraloría, fue subsecretario de Egresos en el gobierno anterior; Laura Barrera Fortoul, titular de Turismo con Peña, fue directora general del mismo rubro durante el montielismo (véanse, más adelante, sus ligas con el gobierno de Eruviel Ávila); Héctor Jiménez Baca, subsecretario de Medio Ambiente con el predecesor de Peña, con éste fue titular de la Agencia de Seguridad (con Ávila es director general de Seguimiento y Evaluación Gubernamental). Esto por mencionar algunos ejemplos.

A cambio de mantener su influencia, Arturo Montiel se mantuvo en el silencio público.

La situación cambió la mañana del 15 de septiembre de 2011, cuando Eruviel Ávila tomó posesión como sucesor de Enrique Peña Nieto. El exgobernador fue uno de los invitados especiales y se convirtió en el gran protagonista del acto. Las porras y los aplausos más sorprendentes de los asistentes al teatro Morelos de Toluca fueron para Montiel, el jefe político real de la entidad. Su reaparición pública opacó, incluso, la salida exitosa de Peña Nieto como...

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