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Zona Submetropolitana / Las cabecitas blancas

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Vincent

Ni modo, cómo no dedicar en este día esta modesta columna a las Jefas, a las Mamichis, a las Cabecitas Blancas, a las Mamás, a las Viejitas, a las Nanas, a las Jefaturas, a las Moders, a las Más (y por supuesto también a las menos), a las Mamis, a las Mamacitas Lindas, a las Santas Madres, a las Madrésporas, a las Madreperlas, a las Chulaponas, a las Jechus, o sea a las Jefecitas Chulas... a todas ellas, por supuesto, ¡mil felicidades!, estén o ya no estén con nosotros.

¿Quién no tiene madre?, o más bien para que quepan todos, ¿quién no tuvo madre?, y lo digo sin albur, porque: "los hijos de mi hija mis nietos serán pero los hijos de mi hijo, nunca se sabrá", decía mi abuelo que era sabio y agregaba al final: "no hay de otra, los hijos siempre son un Acto de Fé".

Quiérase o no, muchos de los personajes que deambulan actualmente por el mundo, aunque parecen hijos de probeta, o bien que carecieron de un vientre materno en donde fueran albergados y albergadas durante su gestación, la verdad es que el 99.99 por ciento -para usar un número yucateco- llegaron a este mundo gracias a sus respectivas progenitoras.

Sin embargo la palabra "Madre", en un pueblo bullanguero y querendón como el nuestro, tiene todos los significados que queramos darle: es lo máximo, lo mínimo, lo mejor, lo peor, lo más rico, lo más deleznable, lo sagrado, lo profano, pesa su presencia y su ausencia, es la grandeza y la denigración. En nuestra cultura la Madre es el origen y el misterio supremo.

Por ello y a manera de homenaje lingüístico, le presento a usted, un breviario de ejemplos en los que podemos utilizar el concepto "Madre", como adjetivo, como sustantivo, como verbo, como proverbio y como soberbio ejemplo de la incansable creatividad de los meshicas que habitamos esta, cada vez más renovada, Nueva Macuspana.

EJEMPLOS DE A MADRE

Para empezar, está el tremendo calor que nos ha asfixiado las últimas semanas y que nos trae como mayates en foco encendido, sin saber si vamos o venimos -como reinas de cabaret-, por eso está plenamente justificado decir que el inchi calorcito, que no vivíamos desde hace 107 años, nomás ¡no tiene madre!

Y ya entrados en gastos y aprovechando una breve pero sustanciosa encuesta levantada entre la siempre dispuesta Banda de La Rosa, formada por la Yuri, el Chulapón, el Vampiro Polillita y el siempre grácil Oso Libidinoso, quedó claro que si algo nos tiene hasta la madre son las broncas de los Amigos de Fox, el Pemexgate y los discursos...

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