La subversión cultural europea

AutorJorge Sánchez Cordero

Las cifras dadas a conocer por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) hablan por sí solas: De enero a la fecha han llegado a las costas griegas 132 mil 177 inmigrantes; en los campamentos en Turquía se asientan 2 millones 700 mil, pero este número se ha incrementado fuertemente desde inicios del año a raíz de los bombardeos rusos en Siria; y, según la Oficina Europea de Estadística de la Unión Europea (Eurostat), existen más de 1 millón 200 mil solicitudes de asilo planteadas a la Unión Europea. Todo un fenómeno de implosión que se ha generado en el territorio de la UE (Le Monde).

Con este motivo, el pasado lunes 7 se reunió en Bruselas el Consejo de Europa -que define la orientación y las prioridades políticas generales de la UE-, la Comisión Europea -que se encarga de proponer la legislación, aplicar las decisiones, defender los tratados de la UE y darle seguimiento a los asuntos cotidianos-, así como la presidencia rotativa de la Unión, para adoptar lo que se ha denominado el "pacto germano-turco", ratificado el 17 y el 18 de marzo en Bruselas por el citado órgano de gobierno, bajo la presidencia holandesa, y que intenta dar un principio de solución al enorme flujo migratorio que proviene de Oriente Medio.

Los términos de este polémico acuerdo han sido dados a conocer profusamente por la prensa internacional: devolución a Turquía de todos los nuevos migrantes irregulares asentados en las costas griegas, aun de aquellos que ya formalizaron su demanda de asilo; un reembolso adicional a ese país de 3 mil millones de euros, que se agregan al mismo monto ya sufragado; el reasentamiento de inmigrados en la Unión Europea, consistente en que por cada sirio readmitido por Turquía procedente del archipiélago griego, se admitirá otro sirio en cualquiera de los países de la UE procedente del territorio turco, aunque la cantidad de inmigrantes en este caso queda acotada a 77 mil sirios.

El asilo se evaluará caso por caso bajo la supervisión de Naciones Unidas, con criterios de procedibilidad que hasta ahora se desconocen.

La ruptura cultural

Los acuerdos aprobados el viernes 18, que entrarán en vigor este domingo, contradicen de manera flagrante no sólo la reglamentación de asilo de la Unión Europea, sino las bases culturales fundacionales de esta última. La Directiva 2005/85/CE de la UE del 1 de diciembre del 2005 proveyó "las normas mínimas para los procedimientos que deben aplicar los Estados miembros para conceder o retirar la condición de refugiado".

El fundamento humanitario de esta directiva es concluyente: crear en la UE un espacio abierto de libertad, seguridad y justicia para todos aquellos que, impulsados por las circunstancias, busquen...

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