Sufren el primer día

Muchos lloran, algunos patalean y otros se tiran al piso o se aferran a la cintura de mamá, pero esos niños protagonistas de la escena, que casi siempre se presenta frente a maestros, porteros y padres de familia en el inicio de un año escolar, viven algo en común, la ansiedad por el primer día de clases.

"Habrá niños que la manifiestan y otros que no", comenta Cecilia Vallejo González, directora del Laboratorio de Desarrollo Infantil de la U-ERRE, un espacio en el que se impulsan investigaciones pedagógicas sobre la primera infancia.

Es la emoción que surge al ver alejarse a esa figura, mamá o papá, que ha estado ahí siempre y la incertidumbre de qué es lo que va a pasar con ellos, sobre todo en un espacio amplio y con personas adultas que no conocen.

"Es el miedo que sienten los niños al separarse de sus figuras de apego que normalmente es papá, mamá, o algún abuelito o abuelita que están en la casa.

"Se manifiesta con signos como miedo, irritación o llanto, que normalmente no manifiestan en su día a día, y esto se presenta cuando van a un lugar nuevo"...

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