Sufren al querer meterlo

Miran a un lado y a otro, observan la cara del evaluador.

Retrovisor, reversa y ahora sí, a enfrentarse al reto de estacionarse en un cajón de 7 metros de largo, por 3 de ancho.

Comparado con las dificultades que un conductor se encuentra en la Zona Metropolitana de Guadalajara, sería un paraíso para muchos automovilistas conseguir un espacio de ese tamaño para dejar su auto, opinó Ignacio Gómez Fernández, "Nacho", un empleado que desde hace 20 años califica a quienes acuden a tramitar su licencia a la Secretaría de Movilidad.

Como referencia, un auto sedán mide entre 4.2 y 4.6 metros, es decir, tienen alrededor de 2.5 metros para maniobrar.

Es un mito que esté limitado a tres movimientos la maniobra para estacionarse. "Nacho" considera que hasta completado cinco movimientos sin lograr dejar el auto bien posicionado, es cuando empieza a dudar de las habilidades del conductor.

El problema son los nervios. Por eso, reprueban el examen de manejo, indicó.

Quienes con mayor frecuencia se ven afectados por los nervios o el pánico escénico son los jóvenes, que acuden sin mucha experiencia a tramitar el plástico. En segunda instancia: las mujeres.

"Me puse algo nervioso, pero me fue bien; en las preguntas yo creo que están algo tontas con respecto a lo que debería ser; podría ser un poco más complejo, pero sería más claro, porque si hay algunas preguntas que uno se dice 'qué onda con esto'", contó Daniel Cano, de 18 años.

Detrás de una barrera, aguardan su turno los interesados. Suelen fijarse en los que están aplicando para tomar previsiones.

Hasta el lunes se permitía la presencia de familiares...

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