T-MEC. Los infortunios culturales mexicanos (Segunda y última parte)

AutorJorge Sánchez Cordero

Por consiguiente, estos fenómenos han provocado una profunda metamorfosis en la cadena de valores culturales. Las etapas de creación, producción, distribución/difusión y acceso, que describían una configuración lineal, se transfiguraron en una trama radial (Octavio Kulesz).

La cultura digital dio lugar al surgimiento de nuevas formas en la oferta y en la promoción de expresiones culturales, siempre en constante expansión. La consecuencia de ello es muy clara: una redefinición de las funciones de los protagonistas culturales.

Lo anterior representa grandes desafíos en lo relativo a la preservación de la diversidad cultural mexicana, debido en gran medida a la falta de uniformidad en el acceso a las nuevas tecnologías. En efecto, en este entorno informático algunos sectores culturales registran avances sustantivos, en tanto que otros acusan un gran rezago, lo que altera la diversidad cultural.

Más aún, el desarrollo de nuestras expresiones culturales se ve perturbado con la presencia de figuras dominantes en el espectro informático; se trata de corporativos que tienen la capacidad de originar expresiones culturales en cantidades ilimitadas para un público universal; tal es el caso del llamado GAFAMI (Google, Amazon, Facebook, Apple, Microsoft e IBM).

Al ejercer el control informático, este conglomerado asegura la diseminación de una cultura mainstream en el ámbito universal, mientras que para otros creadores el espacio se restringe en lo que respecta a la difusión de sus expresiones culturales, condenándolos a la marginalidad. Resulta candoroso imaginar que los servicios dominantes en línea, cuya motivación es esencialmente mercantilista, van a vigorizar los valores mexicanos.

El acceso a esas tecnologías, por restrictivo que éste sea, no es suficiente por sí solo; para administrarlas se requiere de habilidades por parte de los creadores, quienes deberán asumir los costos de producción de las obras que pretenden diseminar en el ecosistema digital.

La complejidad de este último se agrava cuando se torna muy intrincado diferenciar los bienes de los servicios; incluso es difícil distinguir los servicios computacionales, los servicios de telecomunicaciones de valor agregado y los servicios audiovisuales. Ello obligó a emplear en el T-MEC el término productos digitales, que incluyen los bienes o servicios culturales (Artículo 19.1).

Los obstáculos en la clasificación de bienes y servicios en el ecosistema digital, así como la dificultad para trasponer las políticas culturales tradicionales a la realidad que comportan las nuevas tecnologías, le han servido a...

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