T-MEC, sin píldora amarga

Fecha de publicación11 Diciembre 2019
AutorMarco A.Mares

Ayer se registró el principio del fin de la larga negociación del nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.

En consecuencia, está por entrar en vigor el nuevo pacto que refrenda la zona comercial norteamericana, que acumula ya 26 años de existencia.

En el contexto del creciente espíritu proteccionista y la guerra comercial entre los dos países más poderosos del planeta: Estados Unidos y China, sin duda es un hecho muy relevante para los tres países firmantes y en particular para México, el más débil del trío en términos económicos.

Y frente a las evidentes amenazas a la soberanía nacional de México, el nuevo acuerdo es también un triunfo para el gobierno mexicano al alcanzar la firma sin ceder en su independencia. La simple ratificación del nuevo acuerdo comercial tendrá un impacto muy positivo para la economía mexicana por la confianza que genera hacia las inversiones internacionales.

Los tres países firmaron ayer el acuerdo modificatorio del T-MEC, cuya negociación inicial terminó exactamente hace un año. Los temas renegociados en materia laboral, de acero y aluminio y de medicamentos serán agregados a lo previamente acordado. Los congresos de las tres naciones lo revisarán y, de proceder, ratificarán el acuerdo comercial que sustituirá al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El negociador mexicano, Jesús Seade —quien fue objeto en EU y México de intrigas—, subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, fue enfático al resumir el resultado de la negociación, en una frase: no hay nada en el acuerdo que implique una píldora amarga para México. Más allá de los detalles de lo negociado, que se harán públicos más adelante, lo importante es el acuerdo en sí mismo, pues estuvo en riesgo de no concretarse.

La negociación del acuerdo y su ratificación dio un giro súbito. Del filo del abismo en el que la negociación, aparentemente llegó a estar entre el domingo y el lunes, pasó, en unas cuantas horas, al reconocimiento de las partes de que lo negociado alcanzaba para proponer la ratificación en Estados Unidos y Canadá. El lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó al gobierno de EU su rechazo a la petición de que inspectores estadunidenses supervisaran en México la aplicación de la reforma laboral.

El supersecretario de Relaciones Exteriores (por las facultades extraordinarias que tiene en los ámbitos interno y externos), Marcelo Ebrard, fue clave en la...

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