En Tamaulipas, familiares de víctimas encaran al almirante Hilario Durán

AutorGloria Leticia Díaz

NUEVO LAREDO,TAMPS.- El rostro del almirante Hilario Durán Tiburcio, responsable de la Unidad de Promoción de Derechos Humanos de la Secretaría de Marina (Semar), palideció al escuchar los señalamientos de mujeres indignadas, familiares de víctimas de desapariciones forzadas, de detenciones arbitrarias y de ejecuciones extrajudiciales atribuidas a marinos.

Durán formó parte de la delegación -encabezada por el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas- encargada de dialogar con familiares de víctimas, en apego a los acuerdos contraídos por el Estado mexicano el pasado 5 de diciembre en la audiencia pública de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para crear un mecanismo de seguimiento a los abusos cometidos por personal de la Marina en agravio de al menos 51 personas en esta ciudad fronteriza durante el primer semestre de 2018, según señalamientos de familiares, testigos y sobrevivientes (Proceso 2201).

Ante el subsecretario y decenas de personas, Durán sólo atinó a guardar silencio cuando la esposa de Daniel Trejo, Jessi-ca Molina, invitó al marino a que confirmara el ritmo cardiaco de ella misma, acelerado por el dolor de recordar los 30 minutos en los que interactuó con el personal "altamente capacitado" que allanó su casa el 27 de marzo del año pasado, los interrogó a ella y a su esposo y a él se lo llevó junto con Gabriel Gaspar Vázquez, un amigo que pernoctaba en su domicilio (Proceso 2166).

"El personal con quien interactué no era clonado ni improvisado. Yo no estaría hablando con usted si los marinos no se hubieran llevado a mi esposo (...) Me robaron el derecho a ser feliz, a vivir tranquila y mi estabilidad económica", dijo Molina, abogada y ciudadana estadunidense, quien aportó a la indagatoria el video de una cámara de seguridad en el que se observa cómo su esposo y su amigo son sacados, por marinos, de su domicilio.

Con paredes tapizadas de fotografías y mantas de personas desaparecidas o ejecutadas, Molina y una treintena de mujeres y algunos hombres exhibieron un rosario de anomalías y malos tratos recibidos por distintas autoridades en su búsqueda de verdad y justicia.

"Es muy curioso que justo cuando va a suceder esta reunión, se quema el cuartel que estaba en el centro, al que fueron llevados mi esposo y Gabriel. Marina se está encargando de desaparecer toda evidencia", acusó Molina, al recordar que en diciembre pasado fue destruida la Base de Operaciones que la...

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